COMANDO Y CONTROL

La seguridad nacional de Guatemala

Su complicada geografía, la convierten en el punto ideal para el control de redes criminales de migración ilegal y narco

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Comando y Control / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Aunque muchas veces pasa desapercibida, Guatemala es un país muy importante para la seguridad internacional tanto de México, como de Estados Unidos. Su territorio es un sifón para las redes criminales de migración ilegal, tráfico humano y narcotráfico.

Su complicada geografía, la convierten en el punto ideal para el control de los flagelos antes mencionados, pero sus fuerzas de seguridad se encuentran severamente limitadas por una austeridad draconiana que deriva de la firma de los Acuerdos de Paz de hace más de 25 años.

Esas negociaciones de paz, de 1996, que dieron fin a 36 años de conflicto interno incluyeron limitantes drásticas para sus Fuerzas Armadas.

El Ejército de Guatemala redujo su pie de fuerza en más de dos terceras partes, pasando de 46 mil en 1996, a sólo 15 mil para 2004.

La idea era reducir el tamaño del Ejército guatemalteco, pero equiparlo, modernizarlo y profesionalizarlo, para que llevara a cabo mejor sus funciones de defensa del territorio...

Pero esto no sucedió.

Como parte de los acuerdos, el presupuesto militar guatemalteco también se redujo en dos terceras partes, pasando de 0.99 por ciento de su PIB en 1995 a 0.33 por ciento.

Para comparar, a nivel mundial, el promedio de inversión en las fuerzas militares es de dos por ciento, en América Latina es de 1.2 por ciento y en México es 0.5 por ciento. El del gobierno de Guatemala es uno de los más bajos del mundo.  

Como resultado ha perdido una gran cantidad de capacidades:  su fuerza aérea no cuenta con los aviones y helicópteros necesarios para llevar a cabo las misiones de apoyo aéreo, transporte y vigilancia; su marina requiere el incremento significativo de buques –tanto en calidad como cantidad– para poder patrullar su zona económica exclusiva y sus fuerzas de tierra carecen de vehículos y comunicaciones adecuados.

Para remediar algunas de estas limitantes, durante la última década, Guatemala forjó convenios –algunos formales y otros no escritos– con sus vecinos más grandes, principalmente México y Colombia, obteniendo cooperación militar, desde entrenamiento e intercambio de información, hasta la vigilancia de su espacio aéreo.  

No es secreto que los radares y medios del Sistema Integral de Vigilancia Aérea de México tienen la capacidad de proveer cobertura sobre el espacio aéreo guatemalteco y lo han hecho.

Mientras que con Colombia se estableció un esquema de cooperación que incluía entrenamiento e intercambio de información.

La cooperación militar está cimentada por 1) la necesidad operativa y 2) la voluntad política.  

La última es altamente susceptible a los cambios ideológicos y en este momento, el gobierno de Guatemala se encuentra ideológicamente aislado, tanto de México como (ahora) de Colombia.

Recibir abrazos y no balazos ha permitido a los carteles mexicanos crecer de manera sustancial en la región, incluyendo una penetración significativa en Guatemala.

Las medidas del nuevo presidente Gustavo Petro en Colombia prometen una profunda transformación de sus fuerzas militares hacia un “Ejército de Paz” con lo que se espera una reestructura de cooperación con Guatemala.

Estas drásticas reducciones en capacidad son aplaudidas por organizaciones no gubernamentales como un éxito en las políticas posconflicto.

Pero más de 25 años después, las limitantes constituyen un peligro latente, no sólo para la seguridad de Guatemala, sino para toda la región.

POR IÑIGO GUEVARA MOYANO
DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA JANES Y ACADÉMICO VISITANTE DEL ATLANTIC COUNCIL, EN WASHINGTON, D.C.

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