El 24 de agosto se han cumplido seis meses del conflicto en Ucrania. A lo largo de estos meses, se ha publicado bastante información acerca de la política del conflicto, de la factible expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), al igual que de los impactos energéticos y económicos a gran escala que se han derivado de las tensiones entre las partes.
No obstante, un tema de importancia –y poca difusión– es el de la controversial ayuda humanitaria que ha mandado el país ruso desde marzo. El Ministro de Defensa de Rusia hizo un comunicado, en ese entonces, acerca de la provisión de 430 toneladas de bienes como cereales, productos no perecederos y agua embotellada. La ayuda llegó principalmente a territorios en los que Moscú tiene intereses geopolíticos.
El tema recobra importancia ya que hace una semana, el gobierno del presidente Volodímir Zelenski anunció que los ciudadanos ucranianos que reciban o distribuyan dicha ayuda humanitaria serán acusados de colaborar con el gobierno ruso. Los actos serán castigados con una pena de 15 años en prisión.
Estos hechos dan entrada a la reflexión de algunos puntos. Por un lado, mientras los medios se enfocan en las repercusiones internacionales, hay millones de personas en Ucrania que no han podido cubrir sus necesidades básicas durante meses.
En una situación así de crítica, el instinto de supervivencia coloca en un punto secundario la procedencia de la asistencia humanitaria.
El tema también es controversial por el tiempo que se cerraron los corredores humanitarios por la falta de negociaciones entre los gobiernos en tensión. Ambas partes han construido una narrativa mediática en la que apelan a la protección de civiles que se encuentran en una situación vulnerable por causa del conflicto.
A la vez, se hace uso de la asistencia humanitaria como un medio de disuasión hacia la población afectada y, adicionalmente, como una herramienta para conseguir apoyo de la comunidad internacional.
Con 13 mil 477 víctimas civiles y 13 millones de personas desplazadas, este conflicto ya conforma una de las crisis humanitarias más grandes de Europa. Esta semana se ha llevado a cabo una sesión especial en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas para discutir los aspectos humanitarios y políticos en Ucrania.
Esperemos que las reuniones de alto nivel permitan acuerdos para que las personas puedan acceder a la asistencia humanitaria, sin importar la procedencia, y que esta misma, no sea utilizada de manera sesgada y parcial.
POR LANI AYALA
ASOCIADA DEL COMEXI. ES LICENCIADA EN RELACIONES INTERNACIONALES POR LA UNAM
@LANIANAYA
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