MIRANDO AL OTRO LADO

¿Cártel inmobiliario? Empezó con Bando 2 de AMLO

De la noche a la mañana las reglas sobre la aplicación de normas de usos de suelo fueron declaradas nulas y sin efecto

OPINIÓN

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Ricardo Pascoe Pierce / Mirando al Otro Lado / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

AMLO decretó el Bando 2 al tomar posesión como jefe de Gobierno que desató una especulación inmobiliaria que sigue hasta la fecha. Después de 22 años, esa especulación ha creado especuladores inmobiliarios muy ricos, los de la ADI especialmente, y una camada de corruptos funcionarios públicos perredista-morenistas bastante ricos, todos ellos poseedores de múltiples propiedades, pero, claro, no tantas como los ricos-ricos.

De la noche a la mañana las reglas sobre la aplicación de normas de usos de suelo fueron declaradas nulas y sin efecto. La Ciudad de México entró en una etapa de contubernio entre los funcionarios del gobierno local y los intereses de los desarrolladores que supieron aprovechar el regalo que les dió AMLO y comprendieron el hambre que tenían los funcionarios por enriquecerse a la brevedad posible.

Dos viñetas ilustran este fenómeno. Recientemente se descubrió que la pareja Ackerman “recibió” como donación una propiedad en la Ciudad de México. Nunca se explicó la “donación”: ¿de parte de quién y porqué? ¿El gobierno capitalino regala propiedades en la Ciudad? Al parecer entre los amigos con complicidades políticas, sí. También está documentada la relación entre el constructor argentino Carlos Ahumada y el perredismo-morenismo de aquella época, especialmente con Bejarano, Padierna y Sheinbaum.

Una vez que AMLO publicó el decreto del Bando 2, dos días después de haber asumido el gobierno, la especulación inmobiliaria en las entonces delegaciones de Benito Juárez, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo se desató, sobre bases legales. Esto ocurrió entre el 2002 y 2003, cuando se emitieron las bases para la construcción de lo que en ese momento se decía que era para la construcción de vivienda popular.

En aquella época, la secretaria de SEDUVI, Laura Itzel Castillo, publicó un libro blanco queriendo convencer de las bondades del proyecto en su supuesta vertiente de impulsar vivienda de interés social, lo cual era una mentira. Acto seguido la secretaria de Medio Ambiente, Claudia Sheinbaum, desplazó al secretario de Obras, César Buenrostro, quien estaba en contra del inminente boom inmobiliario, arguyendo que no había suficiente agua para un proyecto de repoblamiento del centro porque iba a ser ocupada por clases medias, no por “interés” social. Sheinbaum se convirtió en el timonel del boom inmobiliario que continúa hasta el día de hoy, ahora en su carácter de jefa de Gobierno.

El descrédito del Bando 2 obligó a Ebrard a cambiar el nombre de la figura a la Norma 26, pero el daño del “modelo urbano perredista-morenista” de complicidad y corrupción estaba hecho y la percepción ciudadana del vínculo entre desarrolladores corruptores y funcionarios capitalino se había consolidado. Ante ésta nueva crisis de credibilidad del partido en el poder, Mancera trató de dividir la norma en dos: Norma 30 y Norma 31.

Todo el desarrollo inmobiliario desató varias consecuencias de largo plazo para la Ciudad de México. El desarrollo de vivienda en la ciudad ha sido, en estos 22 años, para interés medio y alto, en una proporción del 95% contra el interés social, que ha sido del 5%. Es decir, el modelo urbano de la llamada “izquierda” ha sido la gentrificación de la ciudad, en una escala mayúscula.

Como consecuencia, la Ciudad de México se ha convertido en la entidad del país que mayor cantidad de habitantes ha expulsado en estos 22 años. ¿Por qué? Porque el valor del suelo se ha encarecido tanto debido a la especulación inmobiliaria que muchas familias han tenido que emigrar al Estado de México e Hidalgo, convirtiendo esas reservas territoriales en “ciudades dormitorio”. Trabajan en la Ciudad de México pero viven fuera de ella debido al encarecimiento de la vivienda.

Los desarrollos inmobiliarios en la ciudad han sido estimulados y apoyados por los gobiernos centrales sucesivos que no piensan en un modelo de desarrollo urbano sustentable y racional. Los desarrolladores piensan en su ganancia costo-beneficio de una obra, y los funcionarios centrales piensan en el dinero que necesitan para vivir bien y financiar su próxima elección. Ahí es dónde se da la intersección perversa entre intereses.

Y el sistema de corrupción porque, a través del tiempo, el gobierno central ha asumido todas las funciones sustantivas de la aprobación de los desarrollos inmobiliarios. La centralización dirige la corrupción en una dirección clara: hacia los funcionarios del gobierno central. ¿Un caso reciente? Mitikah, sobre el Circuito Interior, en la Alcaldía de Benito Juárez, negociado con AMLO, apoyado por Ebrad y Mancera y ahora concluido por Sheinbaum.

Es la construcción del edificio más alto de la ciudad, aprobado y supervisado por el gobierno central, donde fluyeron millones de dólares en todas las direcciones. Y tiene todos los problemas de un edificio construido en un espacio urbano no-apto para un edificio de ese tamaño, violando todas las normas establecidas y con oposición vecinal.

Lo mismo podría afirmarse de los megaproyectos aprobados por el actual gobierno central desde 2018, como la Gran Terraza de Coapa, Artz Pedregal, Paseo Hipódromo y Parque Las Antenas, muchos de ellos ya en funcionamiento.

El Plan General de Desarrollo se sujeta a intereses inmobiliarios y funcionarios cómplices, no a partir de una visión de construir, en el largo plazo, una ciudad sustentable y para todos.El terremoto del 19 de septiembre destapó la corrupción de partidos y funcionarios en todos los niveles. El festín se acabó. O se plantea un modelo de desarrollo incluyente y planificado para el largo plazo o nadie podrá gobernar la ciudad.

Ahora Morena está acusando al PAN de ser el promotor del Cártel inmobiliario. Como hemos demostrado aquí, el Cártel empezó con AMLO, Sheinbaum, Bejarano, Castillo. Morena ataca a funcionarios recientes de Benito Juárez y amenazan con cárcel a los funcionarios.

Curiosamente no mencionan a Fadlala Akabani, flamante secretario de desarrollo económico en el gabinete de Sheinbaum, cuando él es quien inició el boom inmobiliario en Benito Juárez. Morena, y especialmente Sheinbaum, se va a dar un tiro en el pie con esta “pretensión” de distanciarse del gigantesco animal que ellos mismos crearon. Si hay panistas culpables de delitos, que sean castigados. Pero también la enorme camada de perredistas-morenistas que se han enriquecido con el boom inmobiliario.

El Congreso de la Ciudad demostrará su utilidad la ciudad creando una comisión investigadora del criminal proceso de urbanización sin planificación que ha vivido la Ciudad de México desde el decreto del Bando 2. Ahí saldrán verdades que incomodan al poder.

POR RICARDO PASCOE

ricardopascoe@gmail.com

@rpascoep

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