COLUMNA INVITADA

Ucrania: ciberguerra en el siglo XXI

Los conflictos serán peleados cada vez más por máquinas automatizadas y mecanismos de inteligencia

OPINIÓN

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Claudia Ruiz Massieu / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La guerra ruso-ucraniana es el primer conflicto a gran escala en el que el componente cibernético juega un papel definitorio, como ha advertido recientemente el Atlantic Council. Por supuesto, este no es un fenómeno novedoso, pero sí puede identificarse como un punto de inflexión importante para las guerras del futuro.

Durante los meses previos a la invasión rusa a Ucrania, se desplegó una serie de ciberataques en contra de instituciones, organizaciones e individuos, con el propósito de debilitar las capacidades defensivas del país. Mientras Moscú aglutinaba tropas en las fronteras a finales de 2021, para la ofensiva en el territorio, mucho antes en el ciberespacio se realizaban ataques estratégicos para poner en riesgo tanto la infraestructura como las bases de datos.

Al mismo tiempo, Rusia puso en marcha una estrategia mediante influencers en redes sociales, como Instagram o TikTok, para amplificar debates sobre supuestas amenazas de agresión o actos hostiles en contra de población étnica rusa, la demonización de la OTAN e incluso acusaciones de un supuesto genocidio emprendido por parte del gobierno de Kyiv; todo ello, para justificar la invasión ante la opinión pública, finalmente ocurrida el 24 de febrero.

En este contexto, la guerra en Ucrania ha hecho mucho más visibles las amenazas que enfrentamos los gobiernos, las organizaciones e incluso las personas en un mundo en el que los conflictos serán peleados cada vez más por máquinas automatizadas y mecanismos de inteligencia artificial, que podrían ser tanto o más poderosos que los ataques armados de los ejércitos convencionales; e irónicamente, también podrían ser conflictos menos predecibles.

Esto debe ser una señal de alerta para todos los países: invertir en ciberseguridad no es una posibilidad conveniente, es una necesidad real. En la medida en la que la tecnología está cada vez más presente en todos los aspectos de la vida cotidiana, está también el riesgo de un ciberataque contra nuestra información, nuestros recursos y nuestra privacidad.

Pero esta no es una responsabilidad exclusiva de los países individuales, sino un asunto que demanda esfuerzos conjuntos de la comunidad internacional. El ciberespacio no conoce límites nacionales, por lo cual, las acciones de un país no pueden ser suficientes para garantizar su seguridad.

Una ciberseguridad sólida exige cooperación internacional, el establecimiento de marcos comunes, así como un intercambio constante de conocimientos y experiencias entre países.

En este momento, el potencial para la estabilidad o la catástrofe es aún incierto. En el mundo, el debate en torno a estos temas es cada vez más amplio; sin embargo, en México es prácticamente inexistente.

Si queremos estar preparados para enfrentar las amenazas de seguridad del mundo digitalizado en el siglo XXI, no podemos perder más tiempo.

POR CLAUDIA RUIZ MASSIEU
SENADORA DE LA REPÚBLICA
@RUIZMASSIEU

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