TIEMPO DE INFRAESTRUCTURA

¿Tenemos obra resiliente?

La planeación responde a las prioridades de gobiernos en turno, y no a una visión de largo plazo

OPINIÓN

·
Úrsula Carreño / Tiempo de Infraestructura / Opinión El Heraldo de México
Úrsula Carreño / Tiempo de Infraestructura / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Cada vez es más frecuente escuchar en diversos foros internacionales que los gobiernos nacionales y locales deben orientar la planeación de infraestructura pública a una que involucre la resiliencia hacia los efectos ocasionados por el cambio climático. Este es un tema que ya había abordado en artículos anteriores, pero considero que es de suma importancia retomarlo.

En el país, uno de tantos ejemplos de este fenómeno es lo concerniente a la escasez de agua, que ya por muchos años hemos experimentado y que en la actualidad se está convirtiendo en un problema de grandes dimensiones.

Pongamos el ejemplo de Nuevo León, específicamente la zona metropolitana de Monterrey, en las últimas semanas la población ha experimentado tal falta de agua que las autoridades han tenido que recurrir a medidas extremas como el que el vital líquido llegue a los hogares sólo de 4:00 a 10:00 horas y, en aquellas colonias que se encuentran más alejadas del sistema de pozos y presas, el suministro se lleve mediante pipas.

Según las autoridades locales, el problema se debe principalmente a que el nivel de las presas que alimentan el agua a la entidad está en uno de los más bajos y esto es resultado de la carestía de lluvias. Aunado a lo anterior, en una de las principales presas, la denominada El Cuchillo, se fracturó un ducto y, por lo tanto, para repararlo se tuvo que cerrar el flujo de agua.

Esta crisis de agua es la más importante desde hace 30 años, la sequía ocasionada por la falta de lluvias, sin duda es un efecto tangible del cambio climático y, aunque el gobierno local haya hecho el esfuerzo por presentar un plan para fortalecer el abastecimiento de agua, que incluye acciones de corto, mediano y largo plazo, considero que, el problema que se vive actualmente se pudo haber evitado de haber seguido una planeación de infraestructura de largo plazo que tomara en cuenta los efectos del cambio climático y una estrecha coordinación con la Federación.

Por ejemplo, uno de los proyectos anunciados en el plan, es continuar con la construcción de la Presa Libertad, la cual tiene como finalidad adicionar 1.5 m3/s a la oferta de agua potable al área conurbada de la zona metropolitana de Monterrey. El proyecto fue aprobado desde 2017, en 2019 se otorgaron recursos para llevar a cabo trabajos preliminares, pero es a partir de 2020 cuando se autorizan recursos para su realización, registrando cero avances en ese año, 2021 y a la fecha, según lo reportado por las autoridades locales mostrando un avance físico de 34 por ciento. Según el portal climatelinks, una iniciativa de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID, por sus siglas en inglés) las siete estrategias para contar con una infraestructura resiliente son:

1. Tomar mejores decisiones ante la incertidumbre. El pasado ya no es un factor confiable para predecir el futuro, pero eso no debe impedir el que tomemos mejores decisiones.

2. Ver a la infraestructura de manera sistémica. Está integrada en un mundo complejo e interconectado que incluye sistemas naturales, humanos y artificiales. Considerar a la infraestructura como parte de un sistema proporciona oportunidades más amplias, menos costosas y más eficaces para lograr la resiliencia.

3. Adoptar un enfoque multi-riesgos. Comúnmente la infraestructura fracasa debido a una combinación de los fenómenos naturales y fallas sociales, tecnológicas e institucionales; sin embargo, los enfoques convencionales de gestión de riesgos sólo consideran la atención de un factor de riesgo a la vez, por lo que resulta necesario llevar a cabo los análisis multi-riesgos.

4. Mejorar los Análisis Costo-Beneficio (ACB). Los ACB juegan un papel importante para definir qué obra pública se realiza. Aunque son utilizados de manera tradicional, éstos normalmente conducen a decisiones sobre infraestructura menos resiliente y esto es, porque las metodologías de evaluación no han sido actualizadas y se busca la opción menos costosa. La infraestructura resiliente suele ser más costosa en el corto plazo, pero menos cara en el largo plazo.

5. Integrar a la naturaleza en la infraestructura. El uso de infraestructuras verdes como alternativas o complementarias a las obras tradicionales puede ayudar a reducir los riesgos y mejorar la resiliencia. Una combinación verde y convencional puede aumentar la resiliencia general.

6. Poner en marcha la resiliencia con acciones inmediatas. Algunas medidas se pueden implementar de manera inmediata, son de bajo costo bajo y sirven como punto de partida para las soluciones de largo plazo.

7. Planear ahora para construir mejor. La planeación es básica, se traduce en ahorros de dinero, mejor gestión de riesgos y determinación del financiamiento de las obras, lo cual es de gran utilidad para una infraestructura resiliente.

Y, así como estamos experimentado el caso de Nuevo León, empezaremos a observar de manera más habitual situaciones similares, en donde la infraestructura pública no se encuentra preparada para los embates provocados por los desastres naturales que ocurren con mayor frecuencia, puesto que en nuestro país desafortunadamente la planeación de obras responde a las prioridades de las administraciones en curso y no a una visión de largo plazo.

POR ÚRSULA CARREÑO COLORADO
ESPECIALISTA EN INFRAESTRUCTURA Y FINANZAS PÚBLICAS
@URSUCARRENO

CAR