En mayo de 2021, una huelga de mil 400 empleados cimbró a la empresa de alimentos Kellogg´s en su planta de Nebraska. La razón de la huelga, según explicó en aquel momento Daniel Osborn, presidente del sindicato local, era que la empresa planificaba mudar cientos de empleos a México, donde no se cumplen reglamentaciones como en Estados Unidos, y donde las empresas de alimentos no son supervisadas por la Food & Drug Administration ni por la Occupational Safety Health Administration. En otras palabras: México, según el sindicato, es más barato y caótico.
La presencia de Kellogg´s en México es muy relevante, con cuatro plantas de manufactura y exportación en Mexicali, Querétaro, Toluca y Linares. La exportación no sólo es a Estados Unidos, sino a todo Sudamérica. Lo que se fabrica en México llega hasta la Patagonia. La planta de Querétaro es la más grande del mundo para Kellogg´s. Es una fábrica que emplea a más de 700 personas y procesa anualmente 100 millones de kilos de Corn Flakes y Zucaritas.
Por eso es tan relevante el anuncio que hizo ayer Steve Cahillane, el CEO global de esta empresa, al anunciar que la firma se dividirá en tres nuevas entidades, cada una de las cuales cotizará en el mercado bursátil. Una de las empresas se concentrará en los cereales; otra —la de mayor crecimiento—, se especializará en botanas (como las papas Pringles) y una más en alimentos de origen vegetal, que será la más pequeña pero muy promisoria dadas las tendencias alimentarias.
A México le viene muy bien este anuncio si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sabe leer la noticia: cada empresa operará por separado, por lo que establecerá su ruta estratégica, sus prioridades operativas y su paleta manufacturera. Las 3 empresas estiman altísimo crecimiento operando de manera independiente, por lo que capturar la inversión que harán en los siguientes años debería convertirse en prioridad para el equipo de Tatiana Clouthier y para personajes como Marcelo Ebrard o Rogelio Ramírez de la O (o un gobernador con visión). Si en un par de años estas nuevas compañías, ya separadas, reorganizan su inversión productiva, bien podría México ser receptor de importante inversión de cada una con propósito de manufactura de exportación. El chiste es que alguien en el gobierno lo vea y lo detone a partir del anuncio de ayer.
VITESCO
La empresa de sistemas de conducción automatizados Vitesco, de Anja de la Cruz, ha lanzado su “Ingeniería de Ciclo de Vida”: un protocolo que mide todas las emisiones de CO2 durante la vida completa de un producto. Este protocolo ha sido automatizado, lo que representa un gran avance para las automotrices que están urgidas de evaluar la huella de carbono de sus productos, a fin de eliminarla o mitigarla. Esta empresa tiene su sede mexicana en Tlajomulco, Jalisco.
POR CARLOS MOTA
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