COLUMNA INVITADA

La nueva versión del crimen organizado

El pasado domingo quedó en evidencia lo que reiteradamente hemos insistido sobre el nuevo régimen

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México
Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El pasado domingo quedó en evidencia lo que reiteradamente hemos insistido sobre el nuevo régimen, y la confusión absoluta de la “oposición”, quien insiste una y otra vez en ocupar los espacios de representación popular para el beneficio personal de sus dirigencias y como consecuencia, han extraviado todo sentido y significado de la representación social. Así, confundidos en una electorera narrativa frontal contra el Presidente de la República, quién hábilmente los ha orillado precisamente a ese terreno, han perdido la poca credibilidad que les quedaba. La muestra, AMLO con candidatos menores se llevó 4 de 6 estados en un escenario donde sólo cuenta él, al final también él.

Justo este escenario deja al descubierto el verdadero problema que acarrean estos conflictos electorales, que tanto gustan y son provocados por el mismo López Obrador: falta de atención a la seguridad del país y de los ciudadanos, y la profundización de la destrucción de las instituciones, donde el gran ganador es la delincuencia organizada. Pero sobretodo, desnuda la incapacidad para reaccionar y resolver los problemas que inevitablemente se acrecentarán y que constituyen un verdadero riesgo nacional. Así sucedió en Colombia por ejemplo, donde poco a poco el crimen organizado fue adentrándose en las instituciones de procuración, seguridad pública, y administración de justicia hasta convertirse en un “narco estado”, a grado tal que debió recibir toda la atención de los Estados Unidos para crear un plan especial y recuperar institucionalmente el Estado. Es decir, el gobierno colombiano.

Hago esta referencia porque en nuestro país hoy en día existen documentos, archivos, denuncias y pruebas de varios asuntos (algunos en mi poder) que vienen ocurriendo en diversas entidades de nuestro país como en el Estado de México, donde algunos alcaldes en funciones y ex presidentes municipales iniciaron desde hace tiempo la conformación de nuevos grupos y organizaciones que buscan a través de diversas acciones criminales como el secuestro, la extorsión, el despojo, la fabricación de delitos, falsificación de documentos supuestamente con fe pública, el uso de policías de investigación y comandos armados, encapuchados, presión y compra de ministerios públicos, para de esta manera incrementar ilícitamente su patrimonio en detrimento de sus legítimos propietarios.

Esta nueva forma de ser y hacer, tiene sus rutas en el ejercicio de poder actual o pasado, la conexión con funcionarios, servidores públicos e inevitablemente algún comandante o jefe municipal o regional con mando medio quienes han aprovechado el conflicto, el descontrol y la polarización nacional para crear una nueva industria, a partir de la pulverización de las instituciones y la centralización del poder y las decisiones importantes en Andrés Manuel López Obrador, además del aprovechamiento y/o explotación de su estrategia de abrazos no balazos, la defensa de los derechos humanos de los delincuentes, y de la cobertura de Morena hacia sus integrantes y el tan trillado cambio de la cuarta transformación.

En esta confusión pareciera que para este gobierno todo se reduce a lo electoral, mientras que el crimen organizado, lamiéndose los bigotes actúa afirmando que este país es de ellos. Porque seamos serios, y sobretodo francos. Las elecciones son un tema que debiera correr en sus tiempos y en su propia pista, sin embargo los problemas que nos atañen a los mexicanos, como la paz, la seguridad y erradicar crimen organizado, deberían ser un asunto de todos.

Así, observamos cada vez más problemas de suministro de agua o energía eléctrica, como ya lo señaló el flamante junior gobernador de Nuevo León, a quien le reclaman por el desabasto, victimizarse (como ya sabemos quién), y echar culpas al cielo, en lugar de coordinarse con todos los órdenes de gobierno para resolver.

En medio de todo esto y después del resultado de la elección a gobernador en seis entidades federativas, donde el abstencionismo de un importante número de ciudadanos que no son vistos ni escuchados por los políticos y los partidos políticos manifestó su rechazo, Alfredo del Mazo y Miguel Riquelme, así como sus secretarios de gobierno: Ernesto Nemer y Fernando de las Fuentes, y sus fiscales, especialmente el recién nombrado en el Estado de México José Luis Cervantes Martínez, hijo de quien fuera Secretario de la Defensa en el sexenio de Ernesto Zedillo, tienen un verdadero reto por delante.

México es un país en que la lógica cuenta. Por eso la crítica y la exigencia de remoción de las actuales dirigencias de todos los partidos políticos y sus huestes, oportunistas, miopes, insensibles e incapaces de conectar con la realidad que padecen millones de ciudadanos. Ya es momento de poner atención en lo que a los mexicanos nos duele. Mañana puede ser demasiado tarde.

Y no es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ
ANALISTA EN COMUNICACIÓN POLÍTICA
@MARTHAGTZ

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