HORIZONTE GLOBAL

¿Adaptación o mitigación al cambio climático?

Y las sequías limitan la capacidad de generación, sobre todo cuando ésta depende de la hidroelectricidad. Si bien estas afectaciones son globales, los más pobres y marginados son los más vulnerables

OPINIÓN

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Isabel Studer / Horizonte Global / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La adaptación y el desarrollo resistente al cambio climático hoy están cobrando mayor importancia en la agenda sobre el calentamiento global que históricamente se ha centrado en los esfuerzos de mitigación o reducción de emisiones de carbono. Y es que, en 2022, como cada año desde 2015, se están registrando temperaturas récord, con olas de calor, incendios y sequías prolongadas en Estados Unidos, Europa, África y Asia, en particular India y Pakistán. Las olas de calor son causa de más muertes y enfermedades que las inundaciones y los huracanes. El aumento de la demanda de electricidad daña la infraestructura eléctrica.

Y las sequías limitan la capacidad de generación, sobre todo cuando ésta depende de la hidroelectricidad. Si bien estas afectaciones son globales, los más pobres y marginados son los más vulnerables. Por ejemplo, el aumento de los precios del grano, provocado por la guerra en Ucrania, agrava la crisis ambiental y humanitaria en países como Somalia, Etiopía y Kenia, en donde 23 millones de personas sufren hambruna extrema, originada por una sequía severa.

Y, si bien, ya desde 2020 se pronosticaba esta situación, no se instrumentaron mecanismos para transitar hacia modelos de adaptación al cambio climático o incluso de alerta temprana.  Según el último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, es urgente que aumente la inversión pública y privada y se diseñen políticas orientadas a un desarrollo basado en comunidades y ecosistemas que sean resistentes al calentamiento global y que también fortalezcan la infraestructura energética y urbana. Sin embargo, el mismo informe subraya que las opciones para transitar hacia modelos que se adapten al cambio climático son cada vez más limitadas si no se reducen rápida y considerablemente las emisiones de carbono en el mediano plazo. Entre más aumente la temperatura menos oportunidades tendremos de ajustar la infraestructura o utilizar la naturaleza para enfrentar los impactos climáticos en la seguridad hídrica, alimentaria o energética.

Aunque las perspectivas globales de mitigación parecen sombrías, paradójicamente el aumento de la temperatura global y la crisis energética están teniendo impactos inesperados que alimentan el optimismo. Uno es la mayor resolución de Europa por reducir su dependencia de las energías fósiles, en gran parte como resultado de la invasión rusa a Ucrania. Este año, planea aumentar en 15 Tera Watts por hora la energía proveniente de techos solares, así como la producción y generación de hidrógeno verde. Otro es la creciente disposición de sectores de la población afectados por incendios, inundaciones y otros daños climáticos para elegir a candidatos que adopten la transición energética como su bandera electoral y plataforma de gobierno. Australia, un histórico opositor a la lucha climática, es el ejemplo más reciente de lo anterior.  

POR ISABEL STUDER
DIRECTORA ALIANZA MÉXICO DE LA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA
ISABEL.STUDER@SOSTENIBILIDADGLOBAL.ORG
@ISASTUDER

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