La política doméstica estadounidense y la relación entre Estados Unidos y México se verán sujetas a nuevas presiones por un viejo problema: la migración irregular hacia aquella nación y el paso de caravanas por nuestro país, originadas en Centroamérica, la llegada de indocumentados de otras regiones y un renovado flujo de mexicanos.
La migración es uno de esos temas permanentes en la relación bilateral.
El gobierno de Joe Biden anunció la decisión de terminar con la política de usar argumentos de salud pública, en concreto la pandemia de COVID-19, para acelerar la expulsión de migrantes y solicitantes de asilo que lleguen a la frontera entre EU y México, que lleva dos años en ejercicio, y facilitó la exclusión forzada de 1.7 millones de personas.
Los campamentos que han brotado en varias de las ciudades mexicanas en la frontera con Estados Unidos dan testimonio de la situación y el ilegal tráfico de personas a través de nuestro país.
La finalización de la medida está marcada para el 23 de mayo y los aparatos político y de seguridad estadounidenses se preparan para la llegada de decenas de miles de personas, tantas como 18 mil diarias, y su impacto en comunidades fronterizas.
Pero, al mismo tiempo, la rescisión de la brutal medida instaurada por el gobierno del entonces presidente Donald Trump, en marzo de 2020, es resultado menos del consenso estadounidense que de la presión política de sectores promigrantes y como tal, la resurgencia de viejos argumentos antiimigrantes.
La cancelación del llamado "Título 42" se ha convertido en una causa de la derecha estadounidense, a sólo meses de unas elecciones legislativas en las que expertos vaticinan un triunfo republicano y un recrudecimiento de argumentos contra la llegada de migrantes, especialmente indocumentados.
De hecho, ya hay anuncios de problemas, incluso dentro de la propia coalición demócrata, donde hay señalamientos sobre la necesidad de enviar recursos federales a las áreas fronterizas para evitar que sean abrumadas y que sus integrantes se inclinen hacia los republicanos.
"No es el momento adecuado", dijo el senador Raphael Warnock, demócrata de Georgia, que criticó la ausencia de un plan para enfrentar los problemas que se espera surjan de la llegada masiva de personas. Warnock es candidato a la reelección de noviembre y se le considera en peligro de derrota.
Los republicanos, por su parte, ya han iniciado sus críticas con miras a las elecciones legislativas y ataques a lo que algunos de ellos han calificado como "locura".
En ese marco, puede esperarse que haya nuevos exámenes sobre el papel de México en la situación, lo mismo de su cooperación como de sus limitaciones; de los problemas para controlar la llegada de personas a la frontera a los maltratos que suelen sufrir durante su paso por el país y sin olvidar el repunte en los arrestos de migrantes mexicanos.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
MAAZ