ORBITANDO

Bukele no puede con las maras

Los embates a las pandillas han sido mediáticos, porque siguen vivas y están fuertes

OPINIÓN

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Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de México
Israel López Gutiérrez / Orbitando / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Con un discurso esperanzador para revertir las problemáticas en El Salvador, Nayib Bukele llegó al poder en junio de 2019, y enterró el enquistado bipartidismo. Una de sus prioridades era desarticular a las poderosas maras, pero dos años y nueve meses después, no ha podido.

La prueba es que el pasado fin de semana, la violencia pandillera dejó 87 muertos, obligando al mandatario populista a promulgar, con aval del Parlamento –bajo su control–, un régimen de excepción por un mes, restringiendo las libertades civiles y ampliando los poderes de la Policía.

Esto permitió a las fuerzas de seguridad tomar las calles, sin restricción alguna, para supervisar el orden y realizar razias contra cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS-13) y la Barrio 18, señalados de ordenar las ejecuciones.

El resultado fue de mil 600 detenidos en dos días, y luego fue muy cacareado, sobre todo, en las redes sociales, herramienta favorita de Bukele, aunque le debe quedar claro al Presidente que el arresto de cientos de pandilleros no es ni por mucho la solución al problema.

Bukele decretó también "emergencia máxima" en todas las cárceles, donde se supone hay más de 17 mil de los 70 mil posibles miembros de las pandillas (24.9% del total). El dato es revelador, quiere decir que la mayoría de los maras siguen en las calles.

La lucha contra las pandillas, que cuentan con recursos y fuertes redes sociales de apoyo, ha sido difícil para Bukele. En 2020 recibió críticas de Human Rights Watch por sus “prácticas represivas” en contra de los pandilleros presos, pero los embates a las maras han sido, más bien mediáticos, porque siguen vivas y están fuertes.

En noviembre pasado, El Salvador sufrió otro repunte de homicidios, que en tres días cobró la vida de unas 45 personas. Aún así cerró 2021 con la tasa más baja de asesinatos desde el fin de la guerra civil en 1992.

Además, no se puede dejar de comentarse que algunos funcionarios de Bukele fueron sancionados por Estados Unidos, debido a que se les vinculó en negociaciones con esa mismas pandillas, para alcanzar ciertas treguas.  

También hay que recordar, que en febrero de 2020, El Salvador vivió uno de los momentos más inusuales desde el retorno de la democracia: el Presidente utilizó a militares y policías para allanar el Congreso y obligar a los legisladores a aprobar un plan de seguridad que había propuesto y que le daba presupuesto y herramientas contra las maras.

Desde entonces se gestó una ruptura con Estados Unidos, que le reprocha también no respetar la separación de poderes, al haber destituido, con la ayuda del Parlamento, a magistrados de la Sala Constitucional y al Fiscal General.

El mandatario, a quien le quedan dos años y tres meses de mandato, es señalado por propios y extraños de tener actitudes “autoritarias”, eso es algo que no se puede negar, en más de una ocasión ha empleado la fuerza para imponer sus decisiones, y ahora con el control del Congreso es posible que no se quiera ir, pero tampoco las maras.

POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR

ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM

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