MALOS MODOS

El Gran Sucesor. Una biografía de Kim Jong Un

Sabemos bien, a estas alturas, lo que pasa cuando los países se encierran, particularmente los países socialistas

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Sabemos bien, a estas alturas, lo que pasa cuando los países se encierran, particularmente los países socialistas. Ahí tenemos el estalinismo en sus momentos más crueles, la China de Mao, la locura de los jemeres rojos en Camboya. Lo que pasa es la represión desatada, el hambre, las luchas sucesorias en un plan que haría ver al senado romano como un cónclave de socialdemócratas suecos. Sabemos también del hermetismo de Corea del Norte.

De su blindaje al exterior, para que el exterior no entre y desde luego también para que el pueblo no abandone la utopía. Y ahora sabemos bastante más de lo que ha pasado en esa utopía gracias a la periodista Anna Fifield, que publicó en 2019 El Gran Sucesor, una biografía de Kim Jong Un recientemente traducida al español que, en realidad, es mucho más que una biografía. 

Las miradas foráneas a Norcorea no abundan, por las enormes dificultades que implica entrar a ese país. Por eso, para saciar la curiosidad se hace necesario echar mano de ejercicios brillantes pero heterodoxos como Pyongyang, de Guy Delisle, que cuenta sus dos meses en esa ciudad en una novela gráfica, o el polémico Bajo el sol, el documental del ruso Vitaly Mansky, que se las arregló para entrar a ese país a filmar la vida de una familia local, por supuesto que bajo muy estrictas condiciones de censura, y escamotear una importante cantidad de material no autorizado.

De ahí la importancia de lo que hace Fifield, antigua jefa de oficina del Washington Post en China, que logró entrar a Corea del Norte tantas veces como una docena, lo que seguramente constituye algún tipo de récord, y luego, a través de los años, entrevistó a una buena cantidad de prófugos del régimen, entre los cuales se cuenta la tía misma de Kim Jong Un. Al mismo tiempo, tomaba aviones hacia sitios que se dirían tan ajenos a este asunto como Suiza, donde estudió cuando niño, con otra identidad, el hasta ahora último al mando de la dinastía Kim, dueña y señora de esas tierras desde Kim Il Sung, el abuelo del actual jefazo, tomó el poder formalmente en 1948. 

El resultado es notable. Más allá de una acuciosa biografía del “brillante camarada Kim”, con ese “destino divinamente perfecto” (así es como se subtitula el libro), un hombre capaz, contra todas las apuestas, de aferrarse al poder con un pragmatismo sangriento de veras terrorífico, El Gran Sucesor es un viaje a una de las versiones más delirantes del totalitarismo, con sus campos de concentración, sus experimentos nucleares y un culto a la personalidad sin competencia en el mundo. Sobre todo, es un ejercicio de periodismo de alta escuela, lo que implica: un periodismo bien escrito, ligero y permeado de un humor sutil, que, contra todo pronóstico, combina de maravilla con el horror relatado en 400 y pico páginas sin desperdicio. No se lo pierdan. 

JULIO PATÁN

COLUMNISTA

@JULIOPATAN09 

MAAZ