El entorno internacional, provocado por la guerra en Ucrania, la presión de Estados Unidos y la falta de solidez de Morena en el Congreso de la Unión, complicaron a la 4T la discusión y eventual aprobación de la Reforma Eléctrica en este periodo ordinario de sesiones.
No existe un acuerdo como tal, pero si bien le va al presidente Andrés Manuel López Obrador, su iniciativa, con posibles cambios, se retomará hasta después de las elecciones del 5 de junio en Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca, Aguascalientes, Durango y Tamaulipas.
Ese es el escenario que, sin proponérselo, empujó el partido guinda por sus divisiones en las cámaras del Congreso y el que más le conviene al bloque opositor conformado por PRI, PAN y PRD.
Tanto en San Lázaro como en el Senado, las cúpulas de Morena hicieron todo para atender esta prioridad de López Obrador, pero nada del entorno político local ayudó, y mucho menos lo que pasa en el mundo.
En la Cámara de Diputados, por ejemplo, no le alcanzan los votos a su bancada y la oposición está resuelta a no votar el proyecto como viene. Así lo hicieron saber antes de que la discusión del tema se contaminara con otros asuntos.
El famoso Parlamento Abierto, para escuchar a expertos y agentes interesados, fue pensado por la 4T para ganar tiempo, pero no les dio para recabar más votos.
De hecho, la Consulta sobre Revocación de Mandato y los heridos que dejó en el camino la elección de candidatos a las gubernaturas en juego este año, descompusieron mucho el bloque de Morena en el Poder Legislativo.
Cada vez hay más diputados resentidos con las directrices de sus dirigentes, y, si a eso le sumamos la presión de la alianza Va por México, estamos frente al escenario menos propicio.
El fin de semana, la fracción del PRI en San Lázaro, que comanda Rubén Moreira, pidió a Morena, de Ignacio Mier, presentar una nueva propuesta de reforma, esto como parte de la estrategia que armó junto con sus pares de PAN y PRD, Jorge Romero y Luis Espinosa Cházaro.
Lo hizo el mismo día en el que 18 gobernadores de Morena publicaron un desplegado en contra del Parlamento Europeo y en apoyo de López Obrador, pero en esencia les echan en cara su intención de pretender descarrilar la Reforma Eléctrica, como lo hizo en su momento el propio AMLO con las críticas que le han hecho desde Estados Unidos.
Con esto, el Presidente, sus gobernadores y Morena buscan responsabilizar a las grandes empresas y a gobiernos extranjeros de haberse convertido en el principal dique de la reforma.
En algo han contribuido, sin duda, pero resulta que legisladores morenistas están divididos, nadie negocia con la oposición
y no hay una campaña de convencimientos sobre las bondades de la Reforma Eléctrica.
Por el contrario, cada vez hay más frentes abiertos para Andrés Manuel López Obrador, y con pocas, poquísimas, posibilidades de que se cierren pronto.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Las cosas suceden en primer lugar de manera distinta a como se habían pensado: dos más dos no son cuatro, sino cinco menos uno”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
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