No es, como dice el presidente Andrés Manuel López Obrador, que las empresas expendedoras de combustible estén pasándose de rosca al cobrar 30 pesos por litro de gasolina Premium, y tampoco es que estén “abusando”. Sencillamente están obedeciendo, con limitaciones, las reglas del mercado, de la oferta y la demanda. Si a ellos les cuesta más la gasolina que compran al mayoreo, la cobrarán más cara al consumidor. Así de simple. Y dado que la oferta se alteró por la guerra de Rusia contra Ucrania, la escasez se hizo presente, elevando el precio en todo el mundo.
Cuando una economía no funciona bajo las leyes del libre mercado alguien tiene que pagar el precio, porque la escasez no desaparece por decreto. De hecho, eso es lo que está ocurriendo ahora en México: el gobierno tiene que pagar cada vez más subsidios a la gasolina como resultado de un precio internacional del petróleo más elevado.
Lo que el gobierno no entiende en México es que los precios pueden bajar y beneficiar al consumidor si se liberaliza el mercado energético a la libre competencia y si se favorece la productividad.
Pero el Ejecutivo y sus seguidores piensan que un mercado libre genera precios injustos, y que la única manera de proteger al consumidor de litros a $30 pesos es con la intervención directa del Estado, favoreciendo a Pemex, comprando refinerías, construyendo nuevas y subsidiando impuestos por cada litro vendido. Esto implica un costo elevadísimo para las finanzas públicas.
Es muy peligroso que, en prácticamente todos los medios de comunicación, se mantengan inertes las redacciones y jefaturas de información a la falacia que significan los precios “justos” y los “abusos” en materia de gasolinas.
La reproducción que se hace de la información presidencial cuando se eleva este precio suele tener un dejo de comunión con esos torcidos conceptos. Y es gravísimo, porque solo ayudan a generalizar la idea de que debe existir un nivel de precios adecuado, garantizado por el Estado.
Para que un país prospere, la sociedad debe abrazar las leyes de la oferta y la demanda, y garantizar libertad competitiva en todas las industrias. Si eso ocurriera, la innovación revelaría soluciones para bajar costos. Siempre ha sucedido así, también en el sector energético.
Tristemente la mayoría de la gente no piensa de esta forma, por lo que, por el momento, estamos condenados a escuchar durante lo que resta de la 4T que los precios de la gasolina son injustos cuando se eleven. Y querrán que agradezcamos al gobierno cuando disminuyan.
NATURA
La firma de cosméticos brasileña Natura reportó ayer que sus utilidades netas se triplicaron en el cuarto trimestre de 2021, y subrayó que ha logrado “sinergias más rápido de lo esperado” con la incorporación que hizo de Avon. La empresa en México está dirigida por Hans Werner.
POR CARLOS MOTA
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