COMANDO Y CONTROL

Las intenciones de Rusia

Para Moscú, el fin de la Guerra Fría se tradujo en una gran pérdida de población, recursos, territorio y prestigio, así como en la expansión de la OTAN

OPINIÓN

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Íñigo Guevara Moyano / Comando y Control / Opinión El Heraldo de México
Íñigo Guevara Moyano / Comando y Control / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La amenaza rusa sobre Ucrania domina la atención de la mayoría de las agencias de inteligencia y de los medios informativos del mundo.   

Dado que una gran parte (54%) de su tierra es fértil, hace siglos que Moscú considera a Kiev como "su granero".

Casi 30% de sus habitantes habla ruso como primera lengua, por lo que Rusia siente una conexión especial con la población.

La eventual adhesión de Ucrania a la Unión Europea (UE) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) significa para Rusia una amenaza de seguridad nacional y un obstáculo a sus planes de consolidación política y económica de largo plazo.  

Para Moscú, el fin de la Guerra Fría se tradujo en una gran pérdida de población, recursos, territorio y prestigio, así como en la expansión de la Alianza Atlántica y su creciente presencia en sus fronteras.

La OTAN se estableció en 1949, para detener el avance de la URSS en Europa, inhibir el renacimiento del militarismo nacionalista a través de una fuerte presencia y promover la integración política y económica europea.  

La primera expansión, en 1955, incluyó la adhesión de Grecia y Turquía, y permitió que Estados Unidos estableciera bases militares cerca del territorio ruso. 

En 1962, la Crisis de los Misiles llevó al retiro de proyectiles estadounidenses de Turquía y rusos de Cuba. Asimismo, Moscú logró garantizar la subsistencia del comunismo en la isla.   

La siguiente expansión de la OTAN fue al final de la Guerra Fría, con una "asociación para la paz" para que los exmiembros del bloque soviético emprendieran reformas políticas y militares para unirse a ella y, en 1999, la adhesión de Polonia, República Checa y Hungría. 

En 2004, las fronteras de la OTAN se acercaron más a Moscú, con la incorporación de Lituania, Letonia y Estonia, así como de Bulgaria, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia. 

La OTAN creció de 12 miembros a 30, con el compromiso de que quien ataque a uno ataca a todos.   

Una vez más, la presencia militar de Estados Unidos cerca de sus fronteras, en particular de sistemas BMD para interceptar misiles balísticos en Polonia y Rumania, y de bases para aviones no-tripulados (drones) MQ-9 Reaper, preocupan a Moscú, pues limitan su capacidad ofensiva.

Ucrania formalizó su intención de unirse a la OTAN, en 2008, y a la UE, en 2012, pero en 2013, el presidente prorruso Víktor Yanukóvich se hizo atrás y buscó acercarse a Moscú, lo que llevó a violentas protestas y la llamada "Revolución de la Dignidad". El congreso ucraniano lo removió del poder en 2014.  

En febrero de ese mismo año, Rusia se anexó Crimea e intervino en las regiones separatistas de Luhansk y Donetsk.

Ucrania persiste en su intención de unirse a la OTAN una vez que logre las reformas estructurales necesarias, y planea solicitar su membresía a la UE en 2024, para adherirse formalmente, en 2030.   

Una guerra en Europa podría llevar a una crisis energética regional con un impacto negativo para la economía mundial. Como mínimo, Rusia quiere garantías de que Ucrania no se aliará a Occidente.

POR IÑIGO GUEVARA MOYANO

DIRECTOR DE LA COMPAÑÍA DE INTELIGENCIA JANES Y ACADÉMICO VISITANTE DEL ATLANTIC COUNCIL, EN WASHINGTON, D.C.

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