LA NUEVA ANORMALIDAD

Pinocho en el laboratorio

¿Por qué no llegó Pinocho a las grandes cadenas de cine? Habrá que preguntarle al Covid

OPINIÓN

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Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de México
Nicolás Alvarado / La Nueva Anormalidad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Este sábado veré Pinocho de Guillermo del Toro, y lo haré en una sala de cine. No lo hice el fin de semana de su estreno –el 24 de noviembre– ni el siguiente por estar trabajando en FIL Guadalajara. Suscriptor de Netflix que soy, podría verla en casa sin costo adicional desde este viernes 9. Sin embargo, prefiero invertir 120 pesos para disfrutarla en pantalla grande y con sonido profesional. El futuro de la exhibición cinematográfica depende en buena medida de qué tantos hogares tomen la misma decisión.

Antes de la pandemia, una regla no escrita llevaba a que las salas gozaran de 90 días para la exhibición exclusiva de las nuevas películas. Con la disminución de la afluencia derivada del temor al contagio vinieron múltiples modelos de exhibición –desde el lanzamiento directo en plataformas hasta el estreno simultáneo presencial y en línea– que terminaron por estandarizarse para fines de 2021 en un nuevo acuerdo no escrito: una ventana aproximada de 45 días para la exhibición en salas.

De las cinco películas más taquilleras en lo que va del año, tres se acercan a este modelo: Jurassic World: Dominion (no. 2) llegó a Peacock a los 45 días exactos, Doctor Strange in the Multiverse of Madness (no. 3) arribó a Disney+ a los 52, The Batman (no. 5) se estrenó en HBO Max a los 49. Que, con una ventana de exhibición de sólo 33 días, la número 4 en taquilla – Minions: The Rise of Gru– haya recaudado apenas 16 millones de dólares menos que la número 3 y 168 millones más que la número 5 llevaría a asumir la exclusividad en salas irrelevante. Pero que, con una ventana de exhibición muchísimo más amplia –209 días antes de su estreno en Paramount+–, la número uno –Top Gun: Maverick– supere a su más cercana competidora por 486 millones parece contradecir lo anterior. La pregunta, pues, sigue en el aire.

Pinocho es una producción de Netflix, empresa nativa digital que ofreció a los exhibidores mexicanos una ventana de exclusividad de tan sólo 14 días: tras una negociación ríspida, las dos principales cadenas mexicanas optaron por declinar, oportunidad que salas públicas e independientes aprovecharon para incrementar su tráfico, prestigio y réditos.

Jamás podrá un circuito tan pequeño como el que hoy exhibe Pinocho en México arrojar resultados financieros comparables a los que habría tenido la cinta en Cinépolis y/o Cinemex. Sin embargo, habrá que estar atentos a cuánto dura en cartelera. De ser muchos los que, como yo, opten por pagar boleto aún cuando la cinta esté al alcance del televisor, el mito de la ventana de exhibición habrá sufrido un nuevo descalabro que podría ajustar las prácticas de estudios y complejos en el futuro.

Mientras, el hada azul merodea, cavilando si convertir o no los productos producidos por y para plataformas en películas de verdad.

POR NICOLÁS ALVARADO

COLABORADOR

IG: @nicolasalvaradolector

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