COLUMNA INVITADA

Dialoguemos

Es imperativo por lo anterior que por salud pública de todos, elevemos la calidad del debate, del esgrima verbal entre actores, tan necesario como perfectible para todos

OPINIÓN

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Arturo Santana Alfaro / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México
Arturo Santana Alfaro / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Escribo este artículo en la reflexión de la concentración y marcha que se ha realizado por el cuarto año de gobierno de nuestro presidente y el cumplimiento de sus metas.

La política es el instrumento mediante el cual los hombres en sociedad desde tiempos inmemoriales decidimos quien, cómo y por qué debe gobernar a los demás, teniendo como elementos auxiliares, el dialogo, la buena voluntad y las leyes. Salvador Alvarado, pensador sinaloense llego a sentenciar "Nada por respeto se debe callar, porque todo con respeto se puede decir". De hecho, un clásico griego como Aristóteles lo definió con mayor precisión "Sólo una mente educada puede entender un pensamiento diferente al suyo sin necesidad de aceptarlo", y con esto no sugiero que nadie renuncie a sus ideales, principios, proyectos. Más bien privilegiar la aceptación del "otro" u "otros", como parte de los mecanismos básicos de la convivencia política, social, muy humanista, muy empática, muy sentida.

Hemos estado acostumbrados a lo largo de siglos en enfatizar y privilegiar el signo del "ZOON POLITIKON” como sustancia primigenia en nuestra condición, pero hoy es necesario enfatizar que si algo antecede al animal político que todos tenemos, es el soporte de la "psiquis" del alma y de las emociones que hemos recibido y que nos nutre aun antes de la fusión y concepción embrionaria.

Me refiero a que las emociones que a todos nos direccionan en nuestros espacios de desarrollo, hoy en la arena del debate que nos ocupa como adversarios en bandos políticos y sociales han convertido en valores de uso indistinto, epítetos, adjetivos de descalificación, agravios anatemas y otras lindezas y bondades que nos otorga como recurso nuestro idioma. Abonando así a un clima de intolerancia, crispación y violencia verbal.

Es imperativo por lo anterior que por salud pública de todos, elevemos la calidad del debate, del esgrima verbal entre actores, tan necesario como perfectible para todos. Debemos apostar a la tolerancia, a la empatía, al respeto de otros que piensan diferente. Alguien que no esté convencido de algo, no lo va a aceptar a fuerza de agravios, burlas o descalificaciones. Nadie reduce su trinchera ideológica a punta de insultos, de tal circunstancia se ocuparon los griegos con el ethos, phatos y logos, que en el universo de la real política no puede ni debe ser una nimiedad. Por mi parte desde mi trinchera que es IZTAPALAPA, espacio urbano que alberga casi 2 millones de habitantes y con un padrón electoral que representa el 20% de la CDMX; continuaré no solo marchando con el presidente más votado en la historia moderna y dirigente indiscutible de la transformación, acompañado por cientos de miles de compatriotas.

Continuaré junto a mis vecinos reconociendo y colaborando a engrandecer todos los programas y proyectos que prioricen a las clases más necesitadas, los más pobres, llevando con sus obras de gobierno en desarrollo pero también consolidadas, expuestas ya en el zócalo ante una multitud arropando a nuestro presidente y también en señalar que se cumpla con lo pendiente y que se corrija lo que este fuera de foco en las prioridades de nuestra República.

Es irrebatible, hay más aciertos que errores, fue mucho el tiempo que se larvaron problemas, rezagos y latrocinios, pero estamos avanzando a jalones y empujones, establece la sabiduría popular: "lo que pronto viene, pronto se va y lo que tarda en llegar tarda en irse".

En IZTAPALAPA a pesar de graves problemas de seguridad, servicios y abasto de agua sabemos que no será con mezquindad como abonaremos a eficientar lo presente y a corregir lo pendiente. Nuestra Nación, hoy más que nunca está demostrando que podemos convivir sin polarizar a nadie más en el alma Nacional y ésta vibra palpitante en cada uno de nosotros con los colores y signos partidistas, sociales o culturales de los cuales cada quien esté convencido; así lo demostraron y lo seguirán demostrando las concentraciones multitudinarias del 13 y 27 del presente mes, donde pueden chocar las ideas y concepciones de proyectos, sin menoscabo de la paz social a la cual todos nos debemos con plena conciencia. Nadie puede apostar a despertar al México bronco

Es tiempo si en algún momento se dijo, regresar aunque sea un mínimo a los valores más acendrados de la política en la REPÚBLICA DEL AMOR y también al HUMANISMO MEXICANO.

POR ARTURO SANTANA ALFARO

EX VICEPRESIDENTE DE LA H. CÁMARA DE DIPUTADOS