Benjamín Franklin decía que “la cerveza es la prueba de que Dios nos ama y quiere que seamos felices”, y cómo negarlo en esta época de celebración en que estamos a unas horas de iniciar un nuevo año con grandes propósitos y retos tanto personales como colectivos en un México que requiere de su gente entusiasta y trabajadora para seguir transformándose.
A decir “salud” con la satisfacción del deber cumplido, pero sabiendo que el día de mañana saldremos a trabajar más fuerte siguiendo el ejemplo de la industria cervecera mexicana que culmina el 2022 posicionando a nuestro país como el principal exportador de cerveza del mundo, dejando muy atrás a Alemania, Holanda y Bélgica.
La cerveza mexicana se exporta a más de 180 países del mundo, lo que significa que encontraremos cerveza hecha en nuestro país en el 90% de este planeta, aunque eso sí, nuestro principal destino, como el de casi todas nuestras exportaciones, es Estados Unidos, que se lleva el 85% de la cerveza producida en México.
Después del peor momento de la pandemia de COVID-19, la industria cervecera nacional en 2021, cerró con una producción de 134.7 millones de hectolitros, exportando 42 millones de hectolitros de cerveza, lo que equivale a un crecimiento del 11.5% respecto al 2020. Lo que representó el 23% de las exportaciones agroindustriales del país, traduciendo en ingresos por divisas para el país por 5 mil 618 millones de dólares.
De enero a octubre de 2022, las exportaciones de cerveza sumaron los 5 mil 54 millones de dólares, lo que nos da una clara perspectiva de que al cierre de este año tendremos ventas mayores a las del 2021.
La industria cervecera representa el 75% de la producción de bebidas alcohólicas y por el valor de su producción, se ubica entre las 20 actividades más importantes, de un total de 288 actividades económicas de las industrias manufactureras, generando más de 700 mil empleos (55 mil directos) y contribuyendo con el 1.5 % del PIB.
Algunas voces críticas señalan que la cerveza producida en nuestro país no es 100% mexicana porque desde antes del 2015, los principales grupos cerveceros del país fueron comprados por compañías extranjeras: Heineken (empresa holandesa) y AB InBev (compañía belga) son propietarias de Cervecería Cuauhtémoc-Moctezuma y Grupo Modelo. No obstante, los insumos, la producción, la mano de obra y la distribución de la cerveza son mexicanos.
Otro dato curioso es que, si bien es cierto que los países europeos son los principales bebedores de cerveza del mundo, en nuestro país también ha crecido el consumo de esta bebida, en promedio 70 litros por persona al año, alcanzado ya cifras como en Finlandia o los Estados Unidos.
México es el principal exportador de cerveza como ya hemos visto, pero no es el mayor productor. La lista de productores la encabeza China, seguida por Estados Unidos, Brasil y después nuestro país. La producción de estos tres países principalmente sirve para satisfacer la demanda interna. Después de México sigue Alemania cerrando el top 5 mundial.
¿Y cómo empezó todo esto? Los expertos al hablar de la historia de la cerveza en nuestro país se remontan al siglo XVI, justo después de la Conquista, cuando en 1542, un tal Alfonso Herrara, emisario de Hernán Cortés, solicitó al emperador Carlos V un permiso para abrir un establecimiento para producir cerveza en lo que actualmente es la zona de Amecameca, Estado de México.
No obstante, este intento solo duró cinco años ya que la producción fue escasa y muy cara, no pudiendo competir contra la “bebida de los dioses”: el pulque y otros destilados muy arraigados en los pueblos prehispánicos.
Los españoles adinerados se dieron el lujo entonces, durante la Colonia, de importar a nuestro país barriles de cerveza que eran destinados principalmente a su consumo personal; aunque para ellos, el vino tenía un lugar preferente.
Durante la época Colonial y los inicios del México independiente se establecieron varias cerveceras en el país, pero no prosperaban por lo caro que era importar el lúpulo y la cebada; lo que los llevó a replantearse el modelo de negocio y a comenzar a cultivar cebada en el país.
A finales del siglo XVIII las cervecerías comenzaron a hacerse más populares en nuestro país, y el arranque más serio se da a mediados del siglo XIX cuando se industrializó la producción, dando paso al siglo XX donde surgieron las grandes cerveceras mexicanas que comenzaron a conquistar el mundo.
Es curioso, pero la popularización de la cerveza se debió a las prohibiciones realizadas por Porfirio Díaz al pulque, que era la principal bebida que consumía el pueblo de México, y al cual se le atribuían diversos beneficios como laxante o suplemento alimenticio por su alto contenido en vitaminas, proteínas y carbohidratos. Díaz combatió enérgicamente la adicción al alcohol, primariamente con el pulque, al considerarlo uno de los problemas sociales más importantes de aquellos tiempos, ya que “interrumpía una ética de trabajo y buen comportamiento moral en México que lastraba el progreso y la modernidad de la nación”.
Luego, hay quien afirma que la industria cervecera para afianzarse creó y esparció el mito de la famosa “muñeca” en la elaboración del pulque, es decir, que para que su fermentación fuera más rápida, usaban una bolsa de tela llena de excremento de vaca o de humanos que se introducía en los toneles donde se preparaba esta bebida. Esto, más los procesos industriales y el avance de la logística ferroviaria le permitieron a la cerveza ir ganando terreno en el país.
Y en el mercado de la cerveza artesanal, ¿cómo andamos? Primero hay que aclarar algunas diferencias entre la cerveza artesanal y la industrial, que comparten cuatro ingredientes base: agua, malta, lúpulo y levadura; pero a partir de ahí hay infinidad de recetas y variedades.
La principal diferencia es que la cerveza industrial está pasteurizada y contiene conservadores, además de la automatización de sus procesos de producción, lo que le da mayor tiempo de vida en los anaqueles y la posibilidad de llegar más rápido y fácil a todo el mundo.
No obstante, de acuerdo con datos de la Asociación de Cerveceros Artesanales de México alrededor de 20 marcas nacionales de cerveza artesanal exportaron 20,366 hectolitros en 2020.
Así que con las buenas noticias para la industria cervecera y lo que se traduce esto para el desarrollo económico del país, podemos brindar con medida y responsabilidad por el año 2022 que se va y el 2023 que toca ya a nuestra puerta. Feliz año para todos ustedes apreciados lectores. ¡Salud y prosperidad!
POR JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA A.
EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR
@ignaquiz
MAAZ