COLUMNA INVITADA

2022, año de la Unesco en México

Nuestro país fue sede del Mondiacult 2022, así como del Foro Mundial contra el Racismo y Discriminación

OPINIÓN

·
Juan José Bremer / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México
Juan José Bremer / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Se cierra el año con grandes desafíos: por un lado, el conflicto bélico en Europa más importante después de la Segunda Guerra Mundial y varios más que afectan gravemente otras regiones del mundo; por el otro, los embates del cambio climático y la desatada inflación que impacta nuestra vida diaria y que también han repercutido en el trabajo indispensable de los organismos internacionales.

A pesar de este clima de adversidad, quisiera dedicar estas reflexiones a algunas buenas noticias que no han recibido la atención mediática que merecen. Del 28 al 30 de septiembre, se celebró en nuestro país, a iniciativa de México y bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), la mayor conferencia mundial dedicada a las políticas culturales de los últimos 40 años, siguiendo las palabras de la directora general del organismo.

Mondiacult 2022 reunió a representantes de más de 160 países que integran la Unesco y lo más importante es que, en medio de la polarización que priva en los organismos internacionales, se alcanzó de manera unánime la única Declaración sustantiva y trascendental en favor de la cultura en muchos años.

A contracorriente de los que piensan que la cultura es accesoria, podemos afirmar que la Declaración no flota en la superficie, por el contrario, aborda temas en profundidad señalando por primera vez que la cultura es un “bien público mundial”, que necesariamente debe ser integrado como un objetivo específico en la próxima Agenda de Desarrollo de las Naciones Unidas.

El texto define un conjunto de derechos culturales que han de tomarse en cuenta en las políticas públicas. Estos incluyen, por una parte, los derechos sociales y económicos de los artistas y la libertad de expresión artística. Por la otra, se destaca el derecho de las comunidades indígenas de salvaguardar y transmitir sus conocimientos ancestrales, y la protección y promoción del patrimonio cultural y natural en general. Por último, se convoca a los países a intensificar su lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales.

La Declaración recoge una visión amplia y actualizada de estos temas y es por lo que seguirá reverberando en los próximos años. Sus recomendaciones ya están incluidas en las políticas de la Organización y los países miembros las estamos tomando como referencia en nuestros planteamientos.

Asimismo, los días 28 y 29 de noviembre se celebró, también en nuestro país, la segunda edición del Foro Mundial contra el Racismo y la Discriminación, en el que actores del ámbito público, privado y de la sociedad civil dialogaron sobre el impacto adverso que este fenómeno global está teniendo en nuestras sociedades.

El foro trató igualmente temas sustanciales como la creación de marcos de protección jurídica efectivos para fortalecer los derechos de las mujeres y las niñas, y para evitar la discriminación en los nuevos campos de la inteligencia artificial.

Sus resultados sientan las bases de la hoja de ruta de la Unesco contra el racismo y la discriminación, y dan continuidad a una importante Resolución que la Conferencia General de la Organización adoptó a propuesta de México, a finales de 2019, la cual compromete a la Unesco y a sus países miembros a hacer frente con mayor eficacia a uno de los grandes problemas de nuestro tiempo.

En su obra “La tempestad”, Shakespeare decía que el mundo se  había salido de sus cabales. Para volver a la razón, hay que fortalecer el trabajo de los organismos internacionales. Por ello, subrayo la importancia de estos pasos hacia delante en el enturbiado ambiente en el que vivimos. Tales propuestas han sido iniciativa de México y dan un nuevo aliento a los trabajos de la Unesco. No debe restárseles mérito por el debate político en el que estamos inmersos.

POR JUAN JOSÉ BREMER 
REPRESENTANTE PERMANENTE DE MÉXICO ANTE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA EDUCACIÓN, LA CIENCIA Y LA CULTURA