UN MONTÓN DE PLATA

El ego de AMLO pudrió la cumbre

Era la izquierda unida gracias al Presidente de México, que encumbraría sus postulados para trabajar contra la pobreza y la corrupción

OPINIÓN

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Carlos Mota / Un Montón de Plata / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En cosa de ocho semanas la realidad cambió dramáticamente para el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Fue el 29 de septiembre cuando, en conferencia, AMLO anunció que su candidata para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sería Alicia Bárcena, la exsecretaria de la CEPAL, algo que fue bien recibido por Estados Unidos, que tiene peso clave.

En octubre, AMLO se envalentonó para explorar una veta de ego que le seducía de antaño: unificar a los países latinoamericanos bajo la bandera de una nuevaizquierda, lo que sería posible sólo si Luiz Inácio Lula da Silva ganaba en Brasil, cosa que ocurrió el 30 de octubre.

Tras esa victoria, AMLO telefoneó a su “hermano” y al día siguiente convocó a los presidentes relevantes de la región a concurrir aquí, aprovechando la cumbre de la Alianza del Pacífico, e incluyendo no sólo a Gabriel Boric, Gustavo Petro y Pedro Castillo, sino también a Alberto Fernández, Rodrigo Chaves, Guillermo Lasso y el propio Lula.

Para AMLO era la fotografía perfecta: toda Latinoamérica rendida ante la 4T, con una cumbre que cualquier presidente habría anhelado.

Era la izquierda unida gracias al Presidente de México, que encumbraría sus postulados para trabajar contra la pobreza y la corrupción. Era la nueva ideología, la suya. Y serían ocho presidentes, con AMLO al centro, mostrando al mundo —y a Estados Unidos—, que en la región hay cohesión en torno a la figura del mexicano, y que Occidente debería sopesar su hipótesis: primero los pobres.

Pero AMLO no contaba con que la enfermedad de un sólo hombre modificaría todo. El esposo de Alicia Bárcena, en complicada situación de salud, fue la ficha de dominó que en menos de ocho semanas apresuró los desencuentros del continente. Primero Bárcena declinó la candidatura, para permanecer en Chile, donde ha fincado su vida.

Después México se encontró en fuera de lugar, carente de cuadros financieros lo suficientemente placeados en el circuito internacional como para proponer otro candidato ganador. El resultado fue que la improvisada candidatura de Gerardo Esquivel no convenció a nadie.

Y ya entrados en la votación, Argentina si supo negociar, pero México no. Carente de estrategia, el candidato de AMLO quedó fuera, mientras los argentinos declinaban su candidatura para asegurar la vicepresidencia del organismo. Esto evidenció el verdadero desencuentro entre AMLO y Alberto Fernández, que canceló molesto su viaje a México.

Entretanto, Lula observaba su intocado cártel como líder regional que es y será, mientras AMLO veía esfumar su única oportunidad de encumbrarse a la cabeza de todos, algo que acarició sin siquiera haber visitado como Presidente ningún país al sur de Nicaragua.

Sí, la enfermedad de un sólo hombre en Chile fue el cisne negro que el Presidente de México nunca imaginó.

POR CARLOS MOTA
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