COLUMNA INVITADA

No hay marchas atrás

Se eligió un camino sin retorno, el de la confrontación, y esa es la tónica que seguirá vigente en la política nacional por lo menos hasta 2025

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de México
Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Por fortuna en nuestro país, desde hace varios sexenios se viven elecciones democráticas que, si bien no son perfectas, por lo menos nos han permitido tener gobiernos emanados del voto popular. El fortalecimiento del Instituto Nacional Electoral (INE) juega un papel importante para que esto sea posible, a los ciudadanos no nos conviene una autoridad electoral débil o sometida a los intereses del gobierno en turno.

El INE tiene como propósito fundamental supervisar el cumplimiento de las reglas en los procesos electorales a nivel federal. No es un asunto menor que ellos sean los responsables de garantizar la emisión de nuestro voto conforme a la ley. Los consejeros electorales sufren presiones constantes, no con todos pueden quedar bien, son el árbitro entre los contrincantes que buscan obtener el poder político en nuestro país.

A menos de dos años de la elección presidencial, hay un intento del partido oficial por cambiar la legislación electoral, en lo que sus adversarios ven un motivo claro, debilitar al INE para obtener más posiciones de poder. Independientemente de las verdaderas motivaciones, las cuales sólo pueden ser entendidas al conocer la propuesta, el simple hecho de intentarlo con la elección prácticamente encima, genera muchas suspicacias.

El presidente y sus simpatizantes llevan muchos meses metidos en una campaña mediática para exhibir las deficiencias del instituto y de señalamientos directos de falta de probidad en contra de sus consejeros, lo que ha tensado a niveles nunca vistos la relación del gobierno con la autoridad electoral. La intención es clara y parece haber cumplido su propósito hasta ahora; debilitar al instituto ante la opinión pública.

Por su parte, la oposición ha decidido convertir la defensa del INE en su bandera política, lo que ha generado nuevas tensiones con el presidente porque sus  posturas son irreconciliables. Ante este nuevo escenario de polarización, nada bueno nos espera a las ciudadanos de a pie, no hay ninguna ganancia para la mayoría cuando la clase política no puede llegar a ningún acuerdo.

Se eligió un camino sin retorno, el de la confrontación, y esa es la tónica que seguirá vigente en la política nacional por lo menos hasta 2025. Lo que nos espera a los mexicanos durante los siguientes años, es una lucha encarnecida entre dos proyectos políticos antagónicos que buscan ganar la Presidencia de la República, una guerra en la que habrá múltiples batallas, muchos heridos y pocos ganadores. 

La marcha y la contra marcha, son solo el principio de lo que se viene, la batalla electoral se dará en todos los escenarios y las calles son uno de ellos. El próximo domingo el gobierno mostrará su músculo y de paso se medirán entre ellos mismos para tenerlo en cuenta a la hora de repartir las candidaturas. Hay mucha expectación por ver quién asistirá, pero sobre todo por las ausencias que puedan presentarse.

No hay marcha atrás, si la oposición quiere presentarse como una opción competitiva en 2024 tiene que tomar las calles, un juego que el presidente conoce bien y le ha dado resultados. Ya llego el tiempo de marchas y movilizaciones.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZAMAR

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