Como en cada sexenio, el Presidente de la República suele proponer una Reforma Electoral que busca mejorar el sistema político mexicano. El actual titular del Ejecutivo Federal, Andrés Manuel López Obrador, ha hecho lo suyo y al igual que muchas de sus iniciativas ésta ha llamado la atención y creado divisiones en el país.
Su intención es que el Instituto Nacional Electoral (INE), se convierta en Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), bajo el discurso que ha abanderado a lo largo de su mandato: eliminar la corrupción y vivir una verdadera democracia. Entre los 18 artículos que se busca cambiar en la Constitución, destacan la reducción de 11 a siete consejeros, la desaparición de legisladores vía plurinominal y la reducción del financiamiento a partidos políticos, entre otros.
El presidente del INE, Lorenzo Córdova, advirtió que una mala implementación de la reforma significaría “una regresión antidemocrática” y compartió la opinión de la Comisión Europea para la Democracia por el Derecho, sobre que ésta no se apega a los estándares internacionales y mejores prácticas electorales. Conocida también como Comisión de Venecia, el organismo recalcó que es preocupante que el pueblo sea quien elija a sus representantes sin contrapesos, pues esto beneficiaría al partido del poder; en este caso, Morena.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, enfatizó que este tema solo le compete a los mexicanos, aunque matizó: “Por supuesto que son bienvenidas las opiniones de cualquier organismo internacional, pero creo que no hay mejores opiniones que las de quienes construimos esas instituciones que hoy están en riesgo de ser destruidas”.
En la Cámara baja se trabaja esta reforma, y aunque se pasó para la agenda legislativa en noviembre, ya hay posicionamientos partidistas, como el Grupo Parlamentario del PRI, liderado por Alejandro Moreno, Alito, el cual se dijo dispuesto a una negociación por una democracia menos “generosa”.
Ante esto, quien también se pronunció fue el diputado mexiquense Enrique Vargas del Villar, quien aseguró que en Acción Nacional están pendientes de si el tricolor impulsará en el Congreso Federal dicha reforma, y de concretarse ese apoyo, no existiría una alianza con el partido blanquiazul.
De aplicarse la eliminación de las plurinominales, las cámaras quedarían conformadas por mayoría absoluta de representantes de Morena, con 75% para el obradorismo y 25% para la oposición en la Cámara de Diputados, mientras que en el Senado la 4T contaría con 63% y la oposición, 37%. Es decir, un regreso a los tiempos del PRI, donde el poder se concentraba en un solo partido.
El INE es un organismo autónomo que aún cuenta con credibilidad entre la ciudadanía, y que justamente fue su sistema y funcionalidad lo que hizo que se validará el triunfo de López Obrador en las elecciones de 2018.
Múltiples voces ya han advertido sobre que la Reforma Electoral del Ejecutivo sienta las bases de un presidencialismo hegemónico, formato que nada tiene que ver con el juarismo y maderismo que tanto le gusta asumir. ¿Será el legado de la 4T la regresión democrática?
POR LAURA PUENTE
CONSULTORA EN ESTRATEGIA E IMAGEN POLÍTICA
@PUENTEELAURA
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