Durante la semana anterior, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, realizó una gira en distintas entidades del país para visitar los congresos estatales, con el fin de convencer a legisladores de aprobar la reforma constitucional que permita la ampliación de la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad.
Al tratarse de una Reforma constitucional, debe de ser aprobada al menos por 17 congresos. Hasta ahora sólo se han aprobado los cambios constitucionales en Oaxaca, Ciudad de México, Campeche, Chiapas, Sinaloa y Tabasco.
La participación del secretario ha sido objeto de críticas, por señalar la hipocresía de algunos mandatarios y fuerzas políticas, ya que por un lado manifiestan su rechazo a la ampliación de la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad, mientras que por el otro, solicitan a la Federación el envío de elementos para hacer frente a la violencia.
Este señalamiento también fue secundado por la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, durante su comparecencia la semana anterior en el Senado, cuando criticó el doble discurso de la oposición, porque hay críticas a las Fuerzas Armadas, pero piden que la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina realicen tareas de seguridad.
Adán Augusto incluso se ha topado con protestas en los congresos locales, como el del pasado viernes en Puebla, donde legisladores señalaron estar en contra de la “militarización”.
Vale la pena mencionar algo que ha señalado el presidente Andrés Manuel López Obrador, que se trata de politiquería, ya que sería irresponsable pedir que soldados y marinos regresen a los cuarteles cuando es urgente brindar protección a la gente por el problema de la inseguridad y la violencia.
Aquellos legisladores que en los Congresos estatales están protestando, deberían de preguntar en sus comunidades si están de acuerdo en que se retiren los elementos de las Fuerzas Armadas que apoyan ahí en sus comunidades. Es su responsabilidad ver por la ciudadanía y avalar la Reforma, porque no hay mayor fuerza de seguridad que el Ejército y la Marina. Sin duda, el tema de seguridad depende de la consolidación y fortalecimiento de la Guardia Nacional, aunque la participación de la nueva corporación no será lo único, también se requiere de bienestar.
Es ahí donde entra la estrategia del combate a la inseguridad propuesta por el Presidente, que busca combatirla desde las causas, por eso las oportunidades que se les brindan a los jóvenes a través de las becas y los programas sociales, mismos que están siendo adoptados por algunos estados, esto con el fin de evitar que la juventud sea presa de las organizaciones criminales.
Por ello, es necesario tener confianza en nuestras Fuerzas Armadas, en quienes están al frente de las instituciones de seguridad pública, a nivel federal y estatal y de los legisladores, para que sepan de la importancia de la Reforma y la aprueben en los congresos que aún faltan.
POR ARTURO ÁVILA ANAYA
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