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La sostenibilidad en la agenda nacional de riesgos

¿Qué hemos hecho bien y cuáles son las áreas de oportunidad? ¿Qué políticas públicas han sido las más adecuadas y no las más convenientes? ¿Cuáles serán las acciones para el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible 2022?

La sostenibilidad en la agenda nacional de riesgos
Alejandro Toledo Utrera / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Mucha tinta ha corrido en realizar una prospectiva como la planteaba en 1972 el Club de Roma en los “Límites del Crecimiento” o la forma en que fue abordado el tema en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, pero esa visión se puede medir hoy en México y el resto del mundo con inversiones en ciencia, educación, investigación y con la aplicación del ciclo de inteligencia a la sostenibilidad en México.

¿Qué hemos hecho bien y cuáles son las áreas de oportunidad? ¿Qué políticas públicas han sido las más adecuadas y no las más convenientes? ¿Cuáles serán las acciones para el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible 2022?

El desarrollo sustentable nos desafía tomando acciones multivariable, donde los efectos migratorios, el retorno al uso de energías fósiles, entre otros, convierte el descuido u olvido del cuidado, preservación y restauración del medio ambiente en un tema de Seguridad Nacional, por lo que, resulta imperante que en la Agenda Nacional de Riesgos,  sea considerado el tema de la perdida de nuestros bosques, lagos y especies que el equilibrio general brinda a la biodiversidad del país, el cual ocupa el quinto lugar del grupo de 17 países megadiversos a nivel global.

La tasa de deforestación de 127 mil 770 hectáreas del área forestal a nivel nacional, para el período de 2015-2020 de acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, (www.conafor.gob.mx), ubicándonos en una posición compleja para abatir el cambio climático.

Otra situación es la desertificación de los lagos, ejemplo de ello es el lago de Cuitzeo que consta de 306 kilómetros cuadrados (Conagua) en su gran mayoría sufre sequía en su espejo de agua en tiempo de estiaje, lo cual evidencia el olvido de los grandes cuerpos de agua, y que traen consigo un desequilibrio ecológico general, perdiéndose fuentes de empleo como la captura de rana y otras especies acuícolas, así como, factor de generación problemas respiratorios por los vientos que arrojaran polvo a la ciudad de Morelia y poblados aledaños.

Sin embargo, no son los únicos temas de la agenda, también está el cuidado de los manglares, ya que, de acuerdo con el Sistema de Monitoreo de Manglares Mexicanos, las mediciones en hectáreas para el año 2020 fue de 905 mil 86 (www.biodiversidad.gob.mx), los cuales otorgan servicios ambientales para la reproducción de especies y es el principal filtro biológico de los humedales. Por lo que la política pública tiene que ir más allá de un llamado a la resiliencia, dotando de recursos presupuestales con un alto grado de compromiso social.

En prospectiva de futuro, estamos a tiempo de elaborar la arquitectura del desarrollo sustentable contemporáneo e incluirlo en la Agenda Nacional de Riesgos para este 2022, fortaleciendo la biodiversidad en búsqueda del equilibrio ecológico, basándonos en una economía circular en donde el centro de la política pública sea el ciudadano, garantizando sus derechos humanos y significando la sostenibilidad como una de las variables que resguarde la Seguridad Nacional en México.

POR ALEJANDRO TOLEDO UTRERA

DOCTOR EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y MIEMBRO ACTIVO DE LA COMUNIDAD DE EXALUMNOS DE LA UNIVERSIDAD DE HARVARD

@UTRERA_TOLEDO

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