COLUMNA INVITADA

Barco a la deriva

El 8 de septiembre el presidente AMLO calificó a los partidos que pierden sus principios y sus ideales como un “barco a la deriva”

OPINIÓN

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Daniel Serrano / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 8 de septiembre el presidente AMLO calificó a los partidos que pierden sus principios y sus ideales como un “barco a la deriva” e incluso fue más allá: “si un partido se vuelve pragmático y lo único que importa son los resultados, bajo la premisa de que el fin justifica los medios, no dura”, aseguró el Presidente, quien aún es militante de Morena.

¿Y esto por qué es un asunto de todas y todos? Porque justamente el Presidente no hizo como en otras ocasiones un deslinde entre los partidos de la llamada “mafia del poder” y Morena, habrá quien diga que esta falta de especificación se deba a que lo hizo en su carácter de jefe de estado, pero quien conoce a AMLO el político sabe perfectamente que el comentario daba un tallón o llamaba la atención de sus propios compañeros.

Justamente por ello ha generado preocupación que el discurso de un sector de la dirigencia del partido de López Obrador vaya dirigido únicamente a ensalzar triunfos electorales, aun cuando en una amplia mayoría de su base militante se reclame justo lo señalado por AMLO, que ese fin no justifica los medios. Ante cualquier reclamo en la selección de candidatos o ante la designación de algún delegado partidario por sus antecedentes contrarios al movimiento la respuesta de un sector de la dirigencia es “pero aún así ganamos”.

El divorcio entre base militante y dirigencia partidaria no es un fenómeno propio de nuestro continente, ni de nuestro país y es más común en los llamados partidos de izquierda. En la reciente historia el ejemplo más claro es el abandono de amplios sectores del PRD que lo tiene al borde de la extinción. Esa condición que en el expartido del Presidente tardó 15 años para expresarse, es hoy el pan de cada día en la convivencia morenista, muestra de ello fue el penoso abucheo sufrido por el presidente de Morena en la celebración del tercer aniversario del triunfo de AMLO, que además fue organizada y “controlada” por su propio equipo.

Ante las muestras de falta de cariño o reconocimiento de esa base militante el sector pragmático en Morena ha sacado sendo comunicado llamado “Alianza popular para continuar la transformación de México”, una estrategia de comunicación a la que sólo le faltaron las firmas de consejeras y consejeros nacionales del partido, que son el máximo órgano de decisión, en el que eso sí, firmaron hasta quienes sin ser militantes de Morena pretenden tomar decisiones sobre el futuro organizativo del partido de AMLO.

Más allá de que esta alianza en lugar de popular quizá deba decir “cupular”, algo que olvida el sector pragmático de Morena es que el propio Presidente al tomar su encargo ejecutivo se separó como militante activo de Morena. ¿No deberían hacer lo mismo quienes ostentan un encargo similar? El desvío, el extravío o como lo llama AMLO, la deriva, puede golpear también a Morena. Que alguien le avise a su capitán.

POR DANIEL SERRANO
LIDERAZGO POLÍTICO DE IZQUIERDA EN EL EDOMEX

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