ALHAJERO

Bofetones nada diplomáticos

La llegada tardía de Sánchez Cordero y un movimiento de Sheinbaum tiraron a Ebrard de la primera fila

OPINIÓN

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Martha Anaya / Alhajero / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estaban ya todos los funcionarios importantes sentaditos y listos para ver el desfile desde sus lugares bajo el templete con techo de dos aguas adosado a Palacio Nacional, cuando ¿inesperadamente? apareció Olga Sánchez Cordero, quien iba en representación del Senado.

El lugar que le tocaba –equidistante al que ocupaba al otro costado del Presidente el representante de la Cámara de Diputados– era donde estaba Claudia Sheinbaum. Y sí, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México se levantó, pero sólo para recorrerse un espacio a su derecha, donde se encontraba Marcelo Ebrard.

¿Qué pasó entonces? Que el canciller se quedó sin silla. La ayudantía de Presidencia trajo otra, pero ¿qué creen?, ya no dejaron a Ebrard en la primera fila. Lo ubicaron atrás, al lado de Tatiana Clouthier, que veía todo aquel movimiento con expresión de ¿qué están haciendo?

Y la pregunta es más que válida: cuando se trata de un evento de la Federación –como es el desfile nacional– quienes llevan primacía son las autoridades federales. No las citadinas, por más que el suceso tenga sede en su tierra.

Si a eso le añadimos que el invitado principal era un jefe de Estado, el de Cuba en este caso, pues ni darle vueltas al asunto. Pero aquí nada de ello valió. Dirán que se trató de una cortesía, de caballerosidad, de…; el caso es que Marcelo fue dar atrás, a la segunda fila, a espaldas del mandatario cubano Miguel Díaz Canel. Que ni el protocolo ni la diplomacia se les dan, salta a la vista; a menos que…, a menos que haya otras razones, sea de tinte político o incluso perverso, porque tampoco pasó desapercibido el trato que se le dio al recién llegado embajador de Estados Unidos, Ken Salazar: lo ubicaron en la última fila de las gradas al sol, dispuestas para los diplomáticos invitados.

Desde ahí, el estadounidense observó las distinciones al mandatario cubano. Una distinción extraordinaria: es el primer Jefe de Estado en nuestra historia que lanza un discurso en plena ceremonia del desfile.

Y desde esa última fila, sombrero en mano, escuchó las palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pedirle a su gobierno –otra vez– levantar el bloqueo a la isla y advertirle que si su “perversa estrategia” contra el gobierno cubano funcionara, su triunfo sería “pírrico, vil y canallesco”. La preferencia por los de abajo –como lo fue Miguel Hidalgo– frente a las élites –a la que pertenecía Agustín de Iturbide–; como lo es Cuba frente a EU, fue el marco de este desfile (muy bonito, por cierto) en el que AMLO imprimió su sello en la historia.

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GEMAS: Obsequio del cibernauta @GMonroyEnergy al escuchar de voz del Presidente la lista de agravios que recopiló Paco Ignacio Taibo contra Hidalgo: “Ahora con el regreso a los 70, no es de extrañar que Paquita la del Barrio sea la escritora de los discursos de @lopezobrador_”.

POR MARTHA ANAYA
MARTHAMERCEDESA@GMAIL.COM
@MARTHAANAYA

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