COLUMNA INVITADA

10 propuestas en Seguridad Pública previas a 2024

Revisen trayectorias y perfiles de lo existente en sus corporaciones. Serán mandos motivados si les dan la oportunidad

OPINIÓN

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Manelich Castilla Craviotto / Colaborador / Opinión El Heraldo de México

La seguridad pública es asunto de Estado, no de coyuntura político partidista. O al menos así debiera ser. 

También, una idea práctica, pues los análisis en la materia son intrascendentes si no ven la luz en calles, municipios y estados. 

Por ello, con tres años por delante de la actual administración federal y ante la próxima entrada en funciones de poco menos de la mitad de los gobiernos estatales y municipales, hago de las páginas de El Heraldo de México el salvoconducto para proponer 10 acciones concretas para enfrentar el complejo escenario de violencia e inseguridad que aqueja a gran parte del país. 

1. Gobernantes estatales y municipales electos: antes de nombrar a sus titulares en seguridad pública, analicen el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica. Opten por quien o quienes sean capaces de sacarlo adelante. Su municipio y estado se lo agradecerá.

2. Quien les diga que sentarse a la mesa con “los malos” es una manera de pacificar entornos, les miente. Los malos no tienen palabra de honor. Acabarán como rehenes de ellos.

3. Antes de aceptar cualquier propuesta externa para mandos en seguridad, revisen trayectorias y perfiles de lo existente en sus corporaciones. Serán mandos motivados si les dan la oportunidad.

4. Como sucede en temas de salud, tengan siempre una segunda o tercera opinión sobre el mal que aqueja a su estado o municipio en materia de seguridad. 

5. México cuenta con OSC y consultorías valiosas y bien intencionadas. Acudan a ellas, pero también a la experiencia del personal que por años se ha dedicado al tema. Son un buen equilibrio.

6. Acudir a las juntas de coordinación o a la mesa de seguridad no es razón para aplaudirles. Es una obligación. Permitan que quienes operen los temas en el terreno, sean quienes resulten determinantes en las decisiones. 

7. No escatimen en dotar de equipamiento de calidad a las y los policías. El uniforme, por ejemplo, es una segunda piel. Hagan el esfuerzo por darles los mejores, no los que a la carrera y con prisas les diseñen. Pidan la opinión de los usuarios finales. Que ellos sean quienes se manifiesten en ese sentido. A la larga, es mejor inversión.

8. Reconozcan méritos ejemplares. A pesar de que los policías dirán siempre que sus acciones valiosas son parte del trabajo, el reconocimiento engrandece no sólo a quien lo recibe, sino a quien lo otorga.

9. La mejor manera de quitarse señalamientos sobre sus vínculos con la delincuencia, es favorecer el trabajo de sus instancias de procuración de justicia y seguridad pública. Esto se refleja de una manera sencilla: con carpetas de investigación, órdenes de aprehensión y detenciones. Lo demás será visto como politiquería.

10. Impulsen, a la par de liderazgos, procesos eficaces. Un buen modelo de seguridad se basa
en ello.

El espacio es breve y su tiempo de atención también. 

Así será su gestión: siempre con cuestiones urgentes, lo que les quitará horas para atender las importantes. 

Anticípense. Respetuosamente, atiéndanlas desde ahora. 

POR MANELICH CASTILLA
COLABORADOR
@MANELICHCC

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