NOTAS SIN PAUTA

La irremediable crisis de Marko Cortés

La inconformidad con la dirigencia de Marko Cortés, derivó en desdén interno, entre otras cosas por la anticipada derrota en 2022

OPINIÓN

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Arturo Rodríguez García / Notas sin Pauta / Opinión El Heraldo de México
Arturo Rodríguez García / Notas sin Pauta / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La inconformidad con la dirigencia de Marko Cortés, derivó en desdén interno, entre otras cosas por la anticipada derrota en 2022. Inevitable el balance del PAN que cierra el año con un presidente en crisis y al que sus cuadros más influyentes le perdieron el respeto.

El episodio más reciente y punto de partida para la expansión del malestar fue que el dirigente panista tomó por buena la burlona oferta del presidente López Obrador convocando a sus oposiciones al diálogo; mandó a Santiago Creel y luego fue él a ver al secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, mientras en los corrillos panistas se medía su tamaño:

Desinformado, ingenuo o, de plano, consciente de que fue superado, Cortés, actuó obviando el hecho de que para los últimos de noviembre, todos los gobernadores panistas no sólo habían hablado individualmente con López Hernández, sino alcanzado acuerdos sobre presupuesto, políticas públicas y estrategias de seguridad.

El fiasco se desencadenó a partir de que Mauricio Vila, gobernador de Yucatán, y Maru Campos, gobernadora de Chihuahua, asistieron al llamado AMLOFest, esto es, la celebración por los tres años en el gobierno y que podría pasar por genuino gesto republicano de no haberse tomado una fotografía con Claudia Sheinbaum Marcelo Ebrard.

Sobra decirlo, Sheinbaum y Ebrard son los más aventajados en las carrera sucesoria hacia 2024 y la fotografía fue mensaje claro: los gobernadores panistas harán lo necesario para conseguir recursos y evitar un conflicto de cualquier tipo con el gobierno federal.

Las mujeres y los hombres del poder no se rigen por las mismas normas que los ciudadanos ajenos a la cosa pública. Lo que para cualquiera sería una selfie sobre algo anecdótico para compartir en redes sociales, para los actores políticos hay mensajes que no son incidentales ni pueden atribuirse a inexperiencia, error o inocencia, especialmente en casos como el de Mauricio Vila, el gobernador que por solícito lleva entre sus correligionarios un feo apodo y, por analogía, le dicen “el Murat azul”.

En el caso de la gobernadora y el gobernador, las lecturas son variadas y extremas, pero hay una inmediata e identificable como lo es el deslinde por indiferencia a lo que hasta ese momento sostenía el dirigente del PAN, Marko Cortés, es decir, la oposición pertinaz al gobierno. Quizás por eso terminó profiriendo un reclamo tan airado que precipitó las inconformidades panistas para luego recular y desatar las burlas cuando aceptó las mesas de discusión sobre la agenda nacional el pasado lunes 13.

Ya hacía semanas que el desaseo en la reelección, por llamarle de alguna manera a lo que hizo para quedarse dirigente, dejó una sensación de malestar especialmente entre dos grupos:

El de los veteranos y sus relevos generacionales que acusaron las formas autoritarias con las que se erigió candidato único, tretas vulgares y marrulleras para atropellar a dos militantes sin mala imagen interna, como lo son Adriana Dávila y Gerardo Priego. Y el del sector ultraconservador, en especial por desechar a Juan Carlos Romero Hicks como coordinador de bancada en la Cámara de Diputados, sin contraprestación.

Luego siguió la disminución de la de por si disminuida bancada panista en el Senado: otro maltratado por la dirigencia de Cortés, el exdirigente Gustavo Madero se fue a la bancada independiente; por otros motivos, Judith Fabiola Vázquez, se fue a Morena apenas asumió el escaño y, Martha Márquez acusó a Cortés de corrupción, amiguismo y traición a principios.

La motivación de la renuncia de Martha Márquez es relevante pues se refiere a la presunta corrupción solapada a María Teresa Jiménez, diputada federal y exalcaldesa de Aguascalientes, a quien Cortés Mendoza perfila como candidata a gobernadora, en el único estado que prevé ganar en 2022, como se sabe tras la publicación de un audio difundido en Latinus en el que se le escucha anticipando la derrota en los otros estados.

Consecuencia inmediata: la ruptura con la dirigencia del gobernador Martín Orozco, quien encontró amplio eco en una militancia que padece por una dirigencia sin autoridad moral ni política. El impulso a Teresa Jiménez también es clave pues se inscribe en la lógica facciosa de la dirigencia de Cortés y de quienes desde la LXII Legislatura (2012-2015) se unieron bajo la guía de Santiago Creel para controlar el PAN primero, a través del más aventajado de aquella bancada, Ricardo Anaya, luego, con sus relevos en la dirigencia y el reparto de las candidaturas en cada elección.

Es ese grupo, el de los exdiputados panistas del Pacto por México, el que sostiene y a lo que por ahora se reduce la dirigencia nacional del PAN.

POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA

COLABORADOR HERALDO RADIO

@ARTURO_RDGZ

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