La igualdad en una sociedad se convirtió en una aspiración permanente, al menos en el mundo occidental, a partir de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, del 4 de julio de 1776, que sostiene “como verdades evidentes,que los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, y que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.” La Revolución Francesa refrendó ese ideal con su lema de“libertad, igualdad y fraternidad” y, sobre todo, con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, del 26 de agosto de 1789, inspiración fundamental del movimiento internacional a favor de los derechos humanos, que inició con la fundación de las Naciones Unidas en 1945, y la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. En México, la aspiración a una sociedad más igualitaria ha estado presente en todas nuestras constituciones como país independiente, y aún antes, desde que Hidalgo prohibió con un Bando la esclavitud en octubre de 1810, muchos años antes de que Lincoln hiciera lo propio en Estados Unidos.
La ONU y otras organizaciones internacionales han hecho un esfuerzo significativo para promover la igualdad. Todos los tratados en materia de derechos humanos elaborados en Naciones Unidas en las últimas siete décadas,así como los aprobados en la OEA para la región, tienen como un propósito central establecer la igualdad en la dignidad de todo ser humano, e igualdad en el disfrute de sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales y ambientales.De la misma forma, la inmensa mayoría de las constituciones nacionales contiene un capítulo en que se protegen los derechos humanos proclamados en los tratados internacionales. Se trata de un reconocimiento jurídico de la igualdad de derechos de las personas que, desafortunadamente, no siempre se concreta en la realidad.
Pero es injusto no reconocer que, desde hace varias décadas, gran parte de la actividad de las Naciones Unidas y sus organismos especializados, como la FAO (agricultura), la UNESCO (educación), el UNICEF (infancia), el Programa Mundial de Alimentos (PMA, alimentación), o el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre muchos otros, se orienta a tratar de mejorar las condiciones de vida de la población, y en particular de los grupos más vulnerables. No son perfectos, pero sin duda el mundo es menos injusto y desigual de lo que sería sin su existencia. La noción misma de desarrollo sostenible es resultado de un aprendizaje de décadas del sistema de Naciones Unidas que nadie puede o debe ignorar.
La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobados por unanimidad por los 193 estados miembros de las Naciones Unidas en septiembre de 2015, tambiéntienen como una inspiración fundamental tratar de reducir las desigualdades económicas, sociales y ambientales, tanto entre los países, como dentro de los mismos.Concretamente, el ODS10 se centra en reducir las desigualdadesa través de siete metas concretas que incluyen, entre otras, adoptar políticas fiscales ysalariales para mejorar los ingresos del 40% más pobre de la población; promover la inclusión social, económica y política de todas las personas; garantizar la igualdad de oportunidades y reducir la desigualdad de resultados; adoptar políticas, especialmente fiscales, salariales y de protección social, y lograr progresivamente una mayor igualdad; fomentar la asistencia oficial para el desarrollo y las corrientes financieras, incluida la inversión extranjera directa; facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, y reducir a menos del 3% los costos de transacción de las remesas de los migrantes, y eliminar los corredores de remesas con un costo superior al 5% https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/inequality/
Es evidente que en el mundo siguen ocurriendo grandes injusticias, y que niveles inaceptables de desigualdad prevalecen tanto en países pobres como en países ricos. Las causas abundan y varían de país a país, pero entre las principales siempre se encuentran gobiernos incompetentes, insensibles o irresponsables;políticas públicas mal concebidas o implementadas; la falta de un auténtico estado de derecho; la corrupción a todos los niveles;y la centralización del poder sin contrapesos ni rendición de cuentas.
Hace unos días, se publicó el Informe sobre la Desigualdad Global 2022, elaborado por el WorldInequalityLab, que coordinan Thomas Piketty y Lucas Chancel. Los resultados del estudio son reveladores de la desigualdad en el mundo actual. El 50% de la población mundial captura sólo el 8% de los ingresos totales y posee sólo el 2% de la riqueza total, mientras que el 10% superior de la población mundial concentra el 76% de la riqueza total, y captura el 52% de los ingresos totales.Asimismo, este Informe reconoce que la riqueza se incrementó significativamente en todo el mundo, y la pobreza disminuyó dramáticamente en muchos países. Pero la desigualdad se incrementó en muchos países desde 1980, incluyendo a Estados Unidos, Rusia e India, y en menor medida en países como China y naciones europeas. https://wir2022.wid.world/www-site/uploads/2021/12/Summary_WorldInequalityReport2022_Spanish.pdf
El índice de Gini es el indicador más usado en todo el mundo para medir la desigualdad en los países. Mientras más se acerca a cero, hay mayor igualdad. Cuando se acerca más a uno, es mayor la desigualdad. Desde hace décadas, México es uno de los países con mayor desigualdad en la región y el mundo. Sin embargo, el Banco Mundial reporta que, contrariamente a lo que afirman algunos, en México la desigualdad no se incrementó entre 1989 y 2018, aunque tampoco se redujo sustancialmente.En 1984 se ubicaba en 0.485; subió hasta 0.536 en 1996 (después de las crisis de 1988-1989 y 1994-1995, y bajó gradualmente hasta ubicarse en 0.454 en 2018. https://datos.bancomundial.org/indicator/SI.POV.GINI?locations=MX
La mala noticia es que la desigualdad y la pobreza se han incrementado en los últimos tres años y, de acuerdo con el CONEVAL,actualmente el índice de Gini se encuentra en 0.503, aunque con una ligera disminución,resultado de una recuperación gradual del ingreso laboral real per cápita en el segundo trimestre de 2021. https://www.coneval.org.mx/Medicion/Paginas/ITLP-IS_resultados_a_nivel_nacional.aspx
Perola mayor debilidad de la política gubernamental para reducir la pobreza y la desigualdad, es la ausencia de análisis sobre los resultados de las transferencias de dinero a diversos grupos de la población. Sin duda, en el corto plazo, dichas transferencias ayudan a millones de personas a sobrevivir en un contexto de baja inversión pública y privada, de bajísimo crecimiento económico y creación de empleos. Pero sin análisis detallados de los efectos de esas transferencias a nivel de grupos, de deciles de población, por edades, de municipios y de regiones, como propone Esther Duflo, Premio Nobel de Economía 2019, es imposible evaluar sus verdaderos resultados, que servirían para proponer mejoras, escalar éxitos y desechar malas prácticas.De seguir así, México continuará ayudando a sus pobres a mantenerse siempre así, pobres, a no abandonar nunca la pobreza, a depender más del gobierno,a tener menos aspiraciones, y menos derechos.
POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS ES PROFESOR Y DIRECTOR DE LA INICIATIVA SOBRE LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN EL TEC DE MONTERREY
@miguelrcabanas
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