La aplanadora priista se dejó ver como en sus mejores tiempos —al votar por apabullante mayoría— en contra de la petición de Quirino Ordaz a su solicitud de permitirle colaborar con Morena e ir como embajador de México a España.
Varias cosas influyeron. Una de orden técnico, sobre la figura jurídica utilizada por el exgobernador de Sinaloa para aceptar un cargo en un gobierno emanado de las filas de otro partido.
Pero las más importantes, de fondo. Políticas.
Para abrir la argumentación en contra de la petición de Quirino, el dirigente nacional eligió ni más ni menos que a Augusto Gómez Villanueva, la esfinge en el tricolor, decano en la Cámara de Diputados, héroe de mil batallas.
El cetemista esgrimió la “perversa intención” del presidente López Obrador en esta “invitación”: Socavar la vida interna del PRI y sabotear la alianza del Revolucionario Institucional con el PAN y el PRD. Le siguió la bravía tabasqueña Maritza Mallely Jiménez pegándole con todo al exmandatario, acusándolo de estar más preocupado por buscar chamba que por cuidar al partido: “Usan las siglas y la fortaleza de nuestros militantes cuando así les conviene”, reclamó.
El priismo sinaloense debe sentirse ofendido, sentenció. Pero cortos se quedaron ambos ante los reclamos del diputado federal chihuahuense Hiram Hernández Zetina, quien sacó a relucir lo ocurrido en las pasadas elecciones para gobernador en Sinaloa. Elecciones, calificó, de “vergüenza nacional”, en las que hubo “terror, miedo, violencia, levantones…”.
No se mencionó abiertamente en el CPN, pero entre no pocos priistas hay la certeza de que Quirino Ordaz acordó con el gobierno de López Obrador, desde meses antes de los comicios, entregarle el estado a Morena.
De ahí, en buena medida, la actitud y el vocabulario enardecido en contra del de Mazatlán, que lo mismo pasaron de chambista convenenciero a traidor. En defensa de la petición del empresario, muy pocos. Acaso, Heriberto Galindo, quien —tras fustigar todo afán de Morena y de la 4T por dividir o debilitar al PRI— consideró que la solicitud de Quirino debía proceder si ésta cumplía con los estatutos y los documentos básicos del PRI.
Sin embargo, el propio exembajador de México en Cuba consideró una “imprudencia” del Presidente de la República haber dado a conocer el nombramiento de Quirino, sin correr la cortesía de urbanidad política a la dirigencia del PRI y al propio exgobernador. Para entonces, a decir del secretario técnico del CPN, Pablo Angulo, había 58 oradores en contra de la solicitud del sinaloense y ninguno a favor. Alejandro Alito Moreno concluiría: Quedó claro, no se permitirá dividir a la alianza Va por México o a nuestro instituto político. Pero esta historia no ha concluido.
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GEMAS: Obsequio de Paco Ignacio Taibo: “Mario (Delgado): Si no entiendes qué quiere el país de Morena, renuncia, no hay bronca”.
POR MARTHA ANAYA
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