Nadie lo duda: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard quieren ser presidentes. Pero ambos tienen formas muy distintas de construir su aspiración.
La Jefa de Gobierno está abiertamente en campaña; recorre el país, incrementa su presencia mediática, se sube a la agenda y narrativa presidencial. El canciller está ocupado en su trabajo, con bajo perfil público y es discreto en su actuar.
Cada uno en lo suyo, avanzan rumbo a 2024. La agenda de ambos, el fin de semana, los retrata y exhibe por dónde construyen su aspiración. Importa el fondo, pero la forma dice más.
Ella estuvo en Campeche el viernes, acompañando al presidente López Obrador. El sábado, en Guanajuato, donde la CDMX participa como entidad invitada en el Cervantino. El domingo en Baja California, en la toma de protesta de la nueva gobernadora, Marina del Pilar Ávila, de Morena. Y hoy, en Colima. Luego volverá a la capital.
Él asiste al G-20, representando al gobierno de México. En Roma, Italia, transmite mensajes del presidente a jefes de Estado, con quienes departe y se ha reunido. Se encontró con Joe Biden, presidente de EU, por ejemplo; con los primeros ministros de India, Italia, Holanda, Alemania… los presidentes de Francia, Argentina, Corea del Sur… Tedros Adhanom, director de la OMS, con quien habló sobre el reconocimiento de vacunas. Lo hace en la primera Cumbre presencial desde que inició la pandemia, y luego de que México cruzara el umbral de 150 millones de dosis de vacunas contra COVID-19 recibidas.
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Sheinbaum camina bajo el paraguas presidencial. Si AMLO se lanza contra la UNAM, ella secunda. Si el Presidente habla del caso Rosario Robles, ella se sube. Si él desde la mañanera se pronuncia sobre la intentona de “lista” de Claudio X. González, ella sigue la ruta. La Jefa de Gobierno aparece diario en los medios, da una conferencia todos los días y la aprovecha para secundar la agenda presidencial.
Ebrard no busca ese cobijo, pero tampoco hace sombra; parece preferir como carta de presentación los resultados a las palabras. El canciller rehúye del reflector, aparece en temas específicos, y su interés no da la impresión de estar en llevarse los encabezados.
Son distintas formas. Obvio. Pero la de cada uno dice mucho de cómo y por dónde buscarán construir su candidatura presidencial. Porque, a final de cuentas, en eso están los dos.
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-Off the record: En la vacunación, ambos son los grandes ganadores. Mientras la CDMX ya logró vacunar a 95% de las personas mayores de 18 años, la cancillería ha conseguido más de 150 millones de dosis contra COVID-19. Si el manejo de la pandemia tiene en López-Gatell –por las contradicciones, fallas y desinformación— al hombre del desastre, en Sheinbaum y Ebrard encuentra dos activos que mostraron pulcritud y eficacia.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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