Pareciera parte de nuestra cultura querer siempre encontrarle cinco patas al gato. Con toda esta polémica derivada de las denuncias contra 31 científicos y exfuncionarios por parte del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), ahora resulta que está mal que Mariana Imaz Sheinbaum, haya obtenido una beca por parte de ese organismo.
La beca que en su momento le otorgó el Conacyt a Mariana, hija de la jefa de Gobierno, fue en el sexenio pasado, bajo la administración de Enrique Peña Nieto.
En lugar de estar haciendo politiquería y querer encontrarle cinco patas al gato, deberíamos reconocer que el Conacyt cumplía con una de sus funciones más importantes. Ojalá y se sigan otorgando este tipo de apoyos para que cada vez más jóvenes tengan la oportunidad de poder salir al extranjero a estudiar su universidad o posgrado.
Ahora resulta que empiezan las suspicacias o comentarios fuera de lugar, cuando el gobierno pasado lo que si hacia era espiar a la hoy jefa de Gobierno. No creo que dentro de sus prioridades estuviera la de otorgar una beca a Mariana Imaz.
Seguramente Mariana Imaz obtuvo su beca como miles de jóvenes mexicanos, con esfuerzo y cumpliendo con todos los requisitos para ser acreedora al apoyo del organismo.
El caso de Mariana se da en el marco de la denuncia del Conacyt, quien, a través de su Unidad de Asuntos Jurídicos, presentó una denuncia de hechos, sin señalar a ningún científico en particular, ante el Ministerio Público y el Órgano Interno de Control.
Sin embargo, al parecer fue la fiscalía general de la República (FGR), la que emprendió una persecución judicial desproporcionada y fuera de toda lógica jurídica.
Sin duda es grave el actuar de la FGR, ya que los 31 investigadores y exfuncionarios del Conacyt son denunciados por haber cometido delitos patrimoniales en contra del erario.
Es la FGR la que busca imputar los delitos de lavado de dinero y delincuencia organizada a las personas señaladas, además de que pide su encarcelamiento en un penal de alta seguridad, como si fueran criminales de alta peligrosidad.
Tan desproporcionado y excesivo es el actuar de la FGR, que ya dos jueces federales han rechazado conceder las órdenes de detención por los delitos señalados. Con este tipo de actuaciones solamente se crea confusión, se polariza y genera incertidumbre y temor en la comunidad científica.
Un juez federal aseguró que no hay delito que perseguir contra los 31 científicos acusados de operaciones ilícitas, ya que la transferencia de recursos federales del Conacyt hacia el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, A.C., estuvo apegada a las facultades del organismo y al mandato del artículo 38 de la Ley de Ciencia y Tecnología, vigente en el momento de los hechos.
Como mexicanos debemos de pugnar porque este tipo de actos no sigan sucediendo, se debe fortalecer la correcta y proporcionada aplicación de la justicia y, sobre todo, una firme división de poderes, con una autonomía real.
Se debe poner fin a la persecución en contra de miembros de la comunidad científica, así como dejarles de inventar delitos fuera de toda lógica jurídica. Y en el caso de Mariana Imaz, que de raro tiene que una joven brillante y con un futuro promisorio, obtenga una beca como muchos mexicanos tenaces y con ganas de superarse lo han hecho.
POR EDUARDO MACÍAS GARRIDO
COLABORADOR
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