-No pasa nada…--alegaba Ricardo Monreal intentando calmar los ánimos en el Senado- Llevemos acabo nuestra ceremonia. Si el presidente decidió no venir, no pasa nada…
La decisión del presidente López Obrador de no acudir a la entrega de la Medalla de Belisario Domínguez, enervó los ánimos. El haber lanzado a la jauría de las redes a la senadora Lilly Téllez, indignó a los panistas evidentemente y la oposición se solidarizó.
Pero algo más cruzaba el salón de sesiones de lado a lado. Era una sensación de extrañeza ante la decisión presidencial.Sobre todo en tratándose de la galardonada con la máxima presea que otorga el Senado: Ifigenia Martínez (Morena), luchadora de izquierda, nacionalista y compañera del propio Andrés Manuel en su andar.
Dante Delgado (MC), que conoce bien a López Obrador, lo externó en la tribuna: “Para mí resulta muy extraño que al amparo de un tuit de una senadora –que tiene todo el derecho de externar sus puntos de vista- se haya tomado una decisión tan drástica por parte del presidente de la República”.
En atención a su compromiso con la historia, el senador naranja le pidió al tabasqueño “congruencia”. Y convocó a la vez a todos los grupos parlamentarios a asumir el compromiso de ser respetuosos con la investidura del presidente de la República. “Lo hemos cuestionado, pero nunca ofendido”, sostuvo.
El priista Mario Zamora subiría también a la tribuna otra conjetura que sobrevolaba en el salón: Que AMLO no quería regalarle a Monreal esa foto, ni mucho menos deberle sus “buenos oficios” para ser bien tratado –o maltratado- en el Senado.
Y es que aquello de que no iba a exponer la investidura presidencial --ante la posibilidad de que le faltaran al respeto por la convocatoria del tuit de Téllez a “hacerle frente” durante su presencia en la ceremonia de este jueves-, no se lo tragaban ni lo morenos.
El sinaloense mencionó que él mismo acompañó al presidente a Badiraguato (zona de narcos) y “nunca lo sentí con miedo”.
-¿Será que (el tuit) es pretexto para no venir con sus compañeros?-, preguntó.
El propio Zamora invitó de nuevo: “¡Venga al Senado presidente! Doña Ifigenia lo merece. Que salga en la foto con Monreal no le hace nada presidente… A los buenos pitcher nunca nadie les ha robado el home.
Esta era la parte amable –y distinta- del debate. Lo otro eran recriminaciones de los panistas al presidente por haber expuesto a Téllez y a su hijo de 15 años (recibieron amenazas de muerte), haciéndolo responsable de lo que les pudiera pasar.
Los de Morena, por su parte, recriminaban la “doble moral” de los panistas y de la sonorense. ¡Farsante! ¡Traidora!, le espetaban.
José Narro alzó la voz de los guindas. Acusó: No hemos sido nosotros los que hemos ofendido. Ella (Lilly) en múltiples ocasiones se ha excedido, ella misma ha provocado esta situación. Estoy en contra de las amenazas a su hijo, pero hay que respetar la investidura del presidente.
Monreal insistía: Nos hubiera gustado que estuviera, pero no había garantías de que no le faltaran al respeto. Yo no me escandalizo --he sido opositor muchos años de mi vida-, ni tampoco frivolizo la inasistencia del presidente. Era deseable que estuviera pero es respetable su decisión.
Superemos esta etapa, pedía. En Morena respetamos al presidente. Es una decisión personal y cada uno debe asumir su responsabilidad. Llevemos a cabo nuestra ceremonia como lo teníamos planeado. Y no pasa nada…
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GEMAS: Obsequio del dirigente priista Alejandro Moreno sobre la reforma eléctrica: “¿Cuál es la prisa? Nosotros tenemos el tiempo y el momento. Y al PRI nadie lo presiona”.
POR MARTHA ANAYA
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