Las opciones político-electorales de derecha, izquierda y centro – con todas sus variantes y matices--, son imprescindibles en un sistema democrático como el nuestro, pero….
A seis meses de las elecciones intermedias, el ¨PAN, el PRI y el PRD viven la peor etapa de su existencia y no hay en el horizonte cercano nada que permita suponer una mejoría, aunque sea leve, en la grave enfermedad de guerra por el poder y por el dinero.
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El PAN es hoy un partido descuartizado. Nadie en su sano juicio político se imaginó hace seis años que iba a verse en la penosa necesidad de dedicarse a la “pepena” de militantes de otros partidos, principalmente de MORENA, para presentarlos como candidatos a algún puesto de elección popular, incluyendo gubernaturas, en la elección referida. ¡Y que esperaban! Exclaman algunos observadores, si después de que en 2012 perdieron la presidencia de la República, se empezó a observar el abandono de sus antiguos principios doctrinarios. El pragmatismo político puro y duro, así como la ambición del poder por el poder mismo, fueron los motores que impulsaron las acciones en las filas de los “herederos” de Manuel Gómez Morín. Y no faltan quienes afirman que, desde hace 8 año, Felipe Calderón tuvo el dudoso honor de haber sido el principal promotor de las pugnas que provocaron que hoy el PAN sea un partido descuartizado.
El PRD fue durante varios años la organización más importante de las que han existido en la historia de la izquierda mexicana. Las épocas doradas del PRD-- en términos cuantitativos por el enorme número de votos que logró – fueron los comicios presidenciales de 2006 y 2012. Correspondió a Andrés Manuel López Obrador ser el candidato presidencial del partido del sol azteca que mejores resultados obtuvo al ocupar el segundo lugar en 2012. Pero desde que López Obrador abandonó el partido para fundar MORENA, el PRD fue declarado “in articulo mortis”. Hoy, en un intento por resucitar, decidió aliarse con el PAN y con el PRI para participar en las elecciones de junio próximo. A nadie hubiera extrañado una alianza con el PRI, pues siempre se han visto como primos hermanos. Pero aliarse con un PAN descuartizado, como para qué, apunta los observadores.
El inexistente PRI quiere, a como de lugar, regresar – no lo que muchos se imaginan--. Y aliados con el PAN y el PRD exigen lo que no quisieron o no pudieron dar cuando gobernaron ininterrumpidamente durante varias décadas y en el sexenio pasado: justicia, progreso, bienestar y salud para todos los mexicanos. Cínicamente demandan al partido en el poder responsabilidad y acciones inmediatas, no mentiras, ocurrencias y traición al pueblo de México, que se esperanzó con las promesas de campaña de Morena, las cuales se han transformado en la mayor crisis en la historia de nuestro país, señalan.
En cuanto a MORENA, otro partido de izquierda, que lleva dos años en el poder, una sola palabra define su actuación: De-cep-cio-nan-te.
Así vamos a llegar a las elecciones del 2021.
POR LUIS SOTO
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