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Gobernar con eufemismos para burlarse de la verdad

En la vida real no existe un operador político que no sepa manejar dinero en efectivo y traducirlo en votos

OPINIÓN

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Después de escuchar que 95 de los 100 compromisos de gobierno han sido cumplidos en tan solo 21 meses de la actual administración, queda claro que las cosas no volverán a ser igual, no volveremos a escuchar que sean llamadas por su nombre sino a partir de una serie de eufemismos.

De esta forma, cuando algo salga mal inmediatamente se le buscará un término que permita evitar que se diga la verdad y sobre todo evadir la responsabilidad, es decir si algo no sale bien, es culpa del pasado, mejor aún es culpa de Felipe Calderón.

Bajo esta lógica, si el país enfrenta la peor crisis económica de la que se tenga memoria, se dirá que medir el crecimiento a partir del PIB ya es obsoleto y que lo mejor es medir la felicidad y el bienestar, que así nos irá mejor.

Si el coronavirus cobra ya la vida de más de 65 mil mexicanos, se destacará que la India nos acaba de rebasar y que la pandemia en México ha sido domada, mejor aún que vamos bien y que en breve habrá vacunas para todos, aunque la colaboración del gobierno mexicano sea solo acompañamiento a países desarrollados. Si estamos en semáforo rojo en la CDMX, será mejor decir que estamos en naranja con alerta.

Se dirá también que la llegada del virus era necesaria porque el encierro ha fortalecido el amor en la familia, de otra forma seguiríamos distantes y menos felices.

Cuando alguien de los colaboradores del presidente de la República se equivoca en el camino se dirá que tomó un atajo para llegar más rápido a su destino, literal y literariamente. Si se tropieza, se dirá que estaba emparejando el suelo.

En caso de que un integrante del gabinete renuncie porque no estar de acuerdo con la forma en que se toman las decisiones en la 4T, se dice que estaba estresado y que por su bien era mejor dejar que alguien con menos presiones asuma el cargo.

Si eventualmente videograban a un colaborador o un familiar cercano al presidente de la República recibiendo dinero en efectivo para el movimiento se dirá que eran apoyos y no sobornos, mucho menos un acto de corrupción.

De hecho, en la vida real no existe operador político que no sepa manejar dinero en efectivo y traducirlo en votos, ni modo que se ponga a expedir facturas, aunque sea de empresas fantasma, capaz que la UIF le congela sus cuentas.

En materia de seguridad, si el número de víctimas de homicidio doloso sube se argumentará que, si la cantidad de habitantes del país aumentan es lógico que las muertes violentas también lo hagan. En el caso del, secuestro el gobierno federal podría decir que quien les manda tener tanto dinero, que por eso los secuestran y se lo merecían, con mayor razón si son “conservas”.

De esta forma, cualquiera que se asuma como representante de la 4T podrá cumplir con el lema de “no mentir, no robar, no traicionar” y aunque eventualmente lo haga no pasa nada, el hecho de estar cerca del mesías lo purifica y en una de esas hasta candidato a algún puesto de elección popular lo hace o lo incorpora a su gobierno.

Total, si de aquí en adelante atrapan a alguien y le preguntan porque dijo mentiras, dirá que solo no dijo la verdad y como ésta no existe, colorín colorado. [nota_relacionada id=1214592]

POR FACUNDO ROSAS 

EXCOMISIONADO DE LA POLICÍA FEDERAL

irv / eadp