Es bien sabido que uno de los mejores negocios es el de la música. Ya lo hemos visto a lo largo de las décadas con múltiples artistas disfrutando la vida con excentricidades, lujos y un sinfín de gastos que muchos llegan a envidiar.
Incluso, en la década de los años 80, se denominó como rockstar a todas esas personas que se convirtieron en millonarias a partir de su música, como los integrantes de Mötley Crüe, Bon Jovi, Queen y muchos más, donde también los artistas de otros géneros comenzaban a denominarse con este estereotipo.
Pero la industria musical ha visto una evolución en la forma de consumo; claro, durante aquellos años y todavía hasta mediados y finales de la primera década del siglo XXI, las ventas se medían con discos físicos y de igual forma se les daban reconocimientos a todos aquellos que lograban sobrepasar ciertos números de ventas.
A partir del ‘boom’ digital, esto ha cambiado, ya que ahora es muy complicado que una persona compre un disco completo. Simplemente pónganse a pensar cuándo fue la última vez que compraron un disco entero, no un EP, un álbum completo de su artista favorito.
De esta forma, las personas que quieren incurrir en el mundo de la producción musical, se dan un golpe tremendo cuando se dan cuenta que de puras ventas de su música, tristemente no podrán vivir, y por ende, tienen que entrarle a las giras, venta de mercancía con su nombre y muchas cosas más para poder pensar en juntar dinero para pagar la renta.
Y ya entrando en este tema, muchos artistas optan por registrar su música para que no pueda ser robada o pirateada, lo cual está súper bien porque, quién querría que su obra sea explotada por otra persona, ¿no?
Justo aquí es donde muchas disqueras entran a apoyar al creador de las letras o música para que no sufra de ningún tipo de abuso a su creación, pero durante esta época digital, se está comenzando a ver un gran error dentro de este escenario.
Hace unas semanas Facebook anunció que a partir del 1º de octubre de este año ya no se podrán realizar streamings de DJs donde se utilice música comercial, a menos que sea un artista dueño de una disquera y únicamente podrán reproducir su propio catálogo.
Dicho suceso causó un revuelo impresionante por parte de la gente porque, claramente, es un golpe duro para estos tiempos de cuarentena donde, si de por sí ya no tenemos eventos y la forma más cercana de tenerlo es gracias a este tipo de shows, ¿dónde más podremos verlo o escucharlo?
Y debo decir que esto no es un tema de censura, ya que en los términos y condiciones de la red social, se especifica muy bien desde hace algunos años todo acerca del famoso copyright —dolor de cabeza para muchos creadores de contenido quienes a cada rato les quitan la monetización por su mal uso o desconocimiento—
Sin embargo, aquí el principal problema es el de la promoción; con tanta tecnología suprimiendo el uso del copyright con sus famosos algoritmos, aquí los más afectados son los propios artistas y disqueras, porque es un hecho que la oferta actual de música es inmensa, ahora cuando remueves el factor de que la gente pueda escuchar tu música por temas de derechos, hace que las posibilidades de que una canción sea un hit se aminoren.
Piénsenlo así: la disquera invierte millones en un artista para que su música sea un éxito, pero ellos mismos “se disparan en el pie” al momento de ser tan exigentes con la distribución del producto y que se vea reprimido dentro de redes sociales —donde el 90% de las cosas suceden en temas de marketing— y por ende, ya no se podrá conocer esa canción que pudiera tener potencial de convertirse en el éxito del año…
Este 2020 ha traído muchos cambios y seguramente, a partir de ahora, la forma de llevar el copyright a un mundo digital tendrá que pensarse y reestructurarse para que de esa forma el artista y la disquera no se vean tan golpeados. [nota_relacionada id=1248557]
POR MAJO MONTEMAYOR
ELHERALDODEMEXICO.COM
@MAJOMONTEMAYOR
avv / eadp