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La guerra por el agua, una realidad

El futuro nos alcanzó: el conflicto por el reparto de agua entre México y EU amenaza con crecer en plenas campañas políticas

OPINIÓN

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El conflicto por la falta de agua en Chihuahua abrió una vieja herida que existe entre México y EU, por la repartición del vital líquido, pero también dejó ver que hay intereses políticos que buscan aprovechar este añejo problema con fines meramente electorales en ambos lados de la frontera.

De este lado, las autoridades federales, léase la Comisión Nacional del Agua, no han tenido la capacidad para resolver el problema y han propiciado que un conflicto local haya escalado a niveles internacionales.

En territorio gringo, en plena campaña por la presidencia, políticos de todas las tendencias sacaron aquello que ha estado guardado debajo de la alfombra durante mucho tiempo: la exigencia de que se revise el Tratado de Aguas de 1944 con México.

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Están haciendo campaña con el tema. Los vecinos del norte revivieron el asunto con la misma naturalidad con la que “alguien” provocó un conflicto binacional tras la aparición “espontánea” de caravanas de migrantes que cruzaron México para llegar a EU.

En aquel momento, en 2018, en plena carrera por la Presidencia de México, se supo que hubo mano negra e intereses ocultos para atizarle al fuego en las relaciones diplomáticas de ambas naciones.

El sainete diplomático terminó con amenazas y hasta la injerencia de EU en México. Un capítulo del que la 4T no quisiera acordarse.

Ahora, con lo que está pasando con el agua, no estamos muy lejos de aquel episodio. Y más cuando los dos países se han negado a revivir el tema del Tratado por la complejidad que tiene.

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Antes de este gobierno, cuatro administraciones le dieron la vuelta al muerto. Nadie se atrevió siquiera a insinuar que algo se tenía qué hacer.

El Tratado establece la cantidad de agua que debe entregar un país a otro, pero los gringos creen que el reparto es inequitativo, en lo que coinciden algunos mexicanos.

Ocurrió con los agricultores de Chihuahua que el 8 de septiembre se manifestaron en la presa La Boquilla, en Delicias, para exigir el cierre de las válvulas, y con ello impedir que continuara la entrega de agua a EU.

Además de eso hay otros elementos que avivan el fuego en el conflicto. Existen, por ejemplo, problemas de gestión y operación con una la caduca Ley de Aguas Nacionales del 92, que hizo Carlos Salinas.

Por si fuera poco, existe el huachicol del agua. Hay un caso muy grave por parte de Altos Hornos de México, que extrae 200 litros por segundo de una toma directa de la presa Rosetilla, para transporte de minerales.

Estos son los elementos que en los últimos días revivieron la guerra por el agua, un ambiente bélico coyuntural, pero que da muestra de que hay un conflicto interminable que ninguno de los últimos gobiernos, incluido el de la 4T, han sido capaces de solucionar en México.

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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “El agua se ha convertido en un recurso muy valioso. Hay algunos lugares incluso en los que un barril de agua cuesta más que un barril de petróleo.” [nota_relacionada id=1253698]

POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO

ALFREDO.GONZALEZ@HERALDODEMEXICO.COM.MX 

@ALFREDOLEZ

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