Al celebrar el Día de la Independencia en una época tan particular como el 2020, resulta imposible no reflexionar sobre el rumbo de México y el pensar en qué nos espera en el futuro. Pocas semanas generan esta sensación; el ánimo de las y los mexicanos es fortalecido al saber que nuestra cultura y herencia es el común denominador y que, a pesar de las diversas dificultades, el país lo hacemos todos. Por otra parte, es innegable que los meses y años por venir exigirán nuestra mejor versión si queremos salir adelante y construir un mejor panorama.
Al llegar las Fiestas Patrias, resulta difícil no pensar en aquellos héroes que nos dieron libertad y que lo arriesgaron todo para que México pudiera dictar su propio destino. Hidalgo, Morelos, La Corregidora y Allende, entre muchos más, forjaron un movimiento que a la postre vio nacer al país como nación independiente; a pesar del camino lleno de obstáculos, una sola convicción, un solo espíritu dirigió a estos personajes para poner por delante el interés común.
En los siguientes 200 años, no nos han faltado discusiones y peleas internas por el poder. Desde la Guerra de Reforma, pasando por la Revolución y hasta nuestros días marcados por una incipiente democracia, personajes de todas las ideologías han buscado tomar el control y establecer una visión de país. Sin embargo, más allá de la historia de bronce, todos y cada uno de ellos ha querido lo mejor para México; esta lección es fundamental, y más en estos días en donde pareciera que la polarización dicta el ánimo social de nuestra vida pública.
Hoy más que nunca, necesitamos generosidad y valor cívico no solo entre la clase gobernante, sino entre la sociedad en general para encontrar puntos en común que permitan trazar una estrategia de desarrollo, un plan para sortear los desafíos y convertirlos en oportunidades para hacer las cosas de una mejor manera. Si algo nos debe dejar una celebración como la de ayer, es que debemos privilegiar lo colectivo si verdaderamente queremos hacer de México un país de esperanza y prosperidad.
En lo personal, espero que poco a poco la palabra comunidad retome su significado en nuestro país, esa voluntad por construir algo entre todos que sea más grande que cualquier disputa. Al final, si hacemos un ejercicio serio de reflexión, tenemos motivos para creer que nuestra nación tiene la capacidad para generar buenas noticias, por supuesto, si empleamos nuestra energía y recursos hacia ello. Ojalá que, a partir de nuestros puntos en común, podamos darnos cuenta que en este barco vamos todos juntos, y el motor que debe empujarnos es precisamente el amor por México.
POR JAVIER GARCÍA BEJOS
COLABORADOR
@JGARCIABEJOS
FACEBOOK: JAVIER GARCÍA BEJOS
eadp