México y Vietnam son los países potencialmente mejor ubicados para beneficiarse del reacomodo de cadenas de valor provocado por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y la pandemia de COVID-19.
Pero eso dependerá de que los dos países adopten políticas más favorables para el comercio y la inversión, especialmente en educación e infraestructura, para expandir el conjunto de mano de obra altamente calificada, y hacer que sus entornos comerciales sean más favorables para los inversores.
Por lo menos esa es la impresión de Euijin Jung, una investigadora del Instituto Petersen para Economía Internacional (PIIE) de Washington.
De acuerdo con su análisis, tanto el choque geopolítico y comercial sino-estadounidense —que no da señales de bajar— como la infección, "han sacudido a las grandes corporaciones multinacionales que fabrican productos en China para exportar a Estados Unidos", y empresas como Omnidex, GoPro, Apple, Microsoft y Google ya han cambiado o anunciado planes para modificar la producción de insumos en sus cadenas de suministro globales de China a Vietnam o México, para aprovechar sus bajos costos laborales y su proximidad a los mercados chino y estadounidense, respectivamente.
Con todo, anotó, "los fabricantes de automóviles pueden pensar diferente sobre México, debido a los nuevos requerimientos laborales en el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC)”.
Pero ya en 2019, algunos fabricantes estadounidenses trasladaron al menos partes de sus líneas de producción de China a Vietnam o México.
De momento, y gracias a su éxito inicial en contener la pandemia, Vietnam parece el beneficiario mas viable, como indican movimientos o anuncios de Apple, Google y Microsoft.
Pero advirtió que Vietnam debe permanecer alerta contra una segunda ola. México, por su parte, debe todavía contener con éxito la pandemia de COVID-19, que en un momento dado llevó a un cierre de plantas productivas, y detuvo la reapertura de la producción industrial en Estados Unidos. Asimismo, enfrenta "problemas persistentes de seguridad e infraestructura inadecuadas”.
La posibilidad de que México reciba al menos parte de las plantas de producción que dejan China, o se espera lo hagan, está presente ahora en los análisis del gobierno mexicano.
A favor están ubicación geográfica, acceso a mercados y costos.
En contra, problemas ya conocidos: la seguridad física y la certidumbre legal, que para bien o para mal fueron puestas en cuestión con las decisiones en torno al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la planta cervecera de Mexicali y la aparente intención de revertir la Reforma Energética.
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Y ante lo que se ve como creciente proteccionismo en las naciones industrializadas, la recomendación de los especialistas es la simplificación de procesos y trámites comerciales, fortalecimiento de protección a inversores, así como mejoras en la educación y entrenamiento de los trabajadores y la infraestructura física.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@HERALDODEMEXICO.COM.MX
@CARRENOJOSE
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