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La caja de herramientas de integridad corporativa, una gran iniciativa

OPINIÓN

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En días pasados, se presentó la caja de herramientas de integridad corporativa, que es una aportación de la Iniciativa por la Integridad en los Negocios (BII, Business Integrity Initiative).

Se trata de una colaboración estratégica para implementar el proyecto “Fortalecimiento de las capacidades de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYME's) para identificar y combatir riesgos de corrupción”, emprendida por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en México y el Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido (DFID), en coordinación con el Departamento de Comercio Internacional (DIT), la Oficina de Asuntos Exteriores y de la Mancomunidad Británica (FCO) y la Embajada Británica en México.

Esta iniciativa conjunta tiene como objetivo general ayudar a las empresas en México (MIPYME's) a integrar el análisis y la gestión de los riesgos de integridad en sus estrategias corporativas al hacer negocios y apoyar los esfuerzos del sector privado para fortalecer el cumplimiento de las normativas vigentes en materia de responsabilidades administrativas, y robustecer sus prácticas de ética e integridad por medio de herramientas que faciliten la identificación, prevención, análisis, mitigación y gestión de riesgos de corrupción.

Se presentaron seis herramientas de Integridad, cinco guías temáticas y un aplicativo de autodiagnóstico; materiales que se ponen a disposición como insumos accesibles y gratuitos para las micro, pequeñas y medianas empresas, que les ayudan a contar con sólidos modelos para hacer frente a las responsabilidades que les impone la Ley General de Responsabilidades Administrativas y la legislación penal en nuestro país.

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Propone a las empresas una guía para la creación del manual para la gobernanza e integridad en los negocios, una guía para establecer el código de ética, una guía para establecer un canal de denuncias, un manual para diseñar una política de recepción de regalos, hospitalidad y donaciones, y una muy útil herramienta de autodiagnóstico de integridad corporativa en línea.

En particular, me parece muy relevante esta última herramienta: el autodiagnóstico de integridad corporativa que, en línea, ofrece un mecanismo para identificar, analizar y, en su caso, conocer cuáles son los mecanismos de mitigación de riesgos de corrupción necesarios en la empresa.

Así, con este aplicativo en la web (que además se permite descargar), se otorga a los responsables de las empresas, un medio para dimensionar su grado o nivel de cumplimiento respecto de las obligaciones previstas en la Ley General de Responsabilidades Administrativas, relacionadas con la materia de integridad y anticorrupción; lo que resulta muy útil, pues he podido observar que es una de las inquietudes más comunes, y es que, me he encontrado frecuentemente con directivos y propietarios de empresas que no conocen cuál es el grado de cumplimiento real de sus obligaciones anticorrupción, ya sea porque se sujetan a lo que han desarrollado al interior de la empresa, bajo el leal saber y entender de algún directivo inquieto, y bajo esta visión sólo cumplen con algunas de ellas o, por el contrario, desconocen si la empresa ha hecho algo al respecto.

Así, bastará que contesten este sencillo, pero muy completo test en línea, para saber ágilmente cómo se encuentra la empresa en cuanto a cumplimiento en el rubro de integridad y anticorrupción, y, en su caso, tomar las decisiones y medidas corporativas, administrativas y gerenciales, para cumplir con estas responsabilidades, adoptar los compromisos de integridad y convertirse en un modelo a replicar.

Si bien, a mi parecer, es el autodiagnóstico en línea la herramienta más destacable, esto no acaba ahí, pues, en su conjunto, todas estas herramientas son más que bienvenidas en las MIPYME's; sobre todo ante los grandes desafíos que enfrentan en la implementación de sus programas de integridad corporativa, acentuados con la actual pandemia.

Y es que, ya de por sí son grandes las adversidades que representa la focalización del uso de recursos humanos, materiales y financieros en la implementación de un programa anticorrupción, debemos agregar ahora las condiciones económicas actuales derivadas de la contingencia sanitaria.

Por ello, en este sector debemos buscar mecanismos homogéneos que permitan convertir a la integridad empresarial en una visión de práctica común, generando un contagio positivo y la réplica de sus buenas prácticas en todos con quienes se hacen negocios.

Así, este tipo de esfuerzos son un cimiento muy importante para fortalecer la lucha anticorrupción empresarial, en el orden nacional y global.

POR PABLO ESCUDERO
MAESTRO EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. ESPECIALISTA EN COMPLIANCE ANTICORRUPCIÓN Y CREADOR DEL PEIC (PROGRAMA DE ÉTICA INTEGRIDAD Y CUMPLIMIENTO)
@PABLOESCUDEROM

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