Haz tu denuncia aquí

El año del vacío

OPINIÓN

·

Una amiga, Yasmín Benites, me recordó de un libro publicado en 1996 por el entonces Instituto Mexicano de Estudios Políticos A.C. con editorial Océano. Es un anuario político, coordinado por Juan Pablo González Sandoval, sobre los acontecimientos de 1995 y decidimos titularlo El año del vacío. Entonces, el Presidente Zedillo luchaba por mitigar los efectos de los acontecimientos de 1994 que habían generado asesinatos, intrigas y confrontaciones entre las élites. Entonces no se hablaba de una tercera o cuarta transformación, sino de la Reforma del Estado. El mundo había cambiado y el gobierno buscaba alinearse con las tendencias del momento. Con todo, la crisis económica, consecuencia del “error de diciembre”frustró los primeros pasos del gobierno zedillista, pero aún así, en 1995 se pusieron las bases para proyectar algunos cambios posteriores.

Si los acontecimientos de 1995 parecieron como un “Año del Vacío”, sin duda el 2020 será recordado de manera similar, quizá como un año de retroceso en el vacío. Los contrastes son evidentes. En 1995 se discutía una reforma electoral que a la postre daría plena autonomía e independencia al entonces Instituto Federal Electoral; la actitud del gobierno era novedosa porque a pesar de que el PRI tenía amplia mayoría en el Congreso de la Unión, las decisiones se tomaban con un tibio pero firme ánimo de inclusión de todas las partes. El libro recuerda el ánimo de Esteban Moctezuma, entonces Secretario de Gobernación, por firmar el 27 de enero de 1995, con todos los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados, el “Compromiso por la Paz, la Democracia y la Justicia”. El reto era alcanzar la conciliación de todas las partes, incluidos los grupos del PRI, para crear las condiciones de un cambio político, que coadyuvara a la estabilización de la economía. Con evidentes límites, el diálogo y los hechos eran la tónica de la llamada “sana distancia”. Aún así nos pareció un año vacío.

[nota_relacionada id= 1187984]

El 2020 será vacío porque, aunque las mañaneras no lo reconozcan, el coronavirus y la paralización económica frustraron muchos de los proyectos presidenciales. Pero a diferencia de 1995, las salidas no buscan incluir a todas las partes para reformar sino para polarizar. El 2020 empezó, con la creación del INSABI, sin consenso, dirección y estrategias definidas. Una y otra vez el Presidente desatendió los llamados de la iniciativa privada para preparar una política que estimulara la economía y defendiera los empleos. Más que fortalecer las instituciones de la democracia para las elecciones del 2021, se cuestiona la autonomía e independencia del INE, cuando es indispensable fortalecer su carácter ciudadano. Al mismo tiempo, se abusa del discurso para rifar un avión, para encarcelar o no a funcionarios de la administración pasada y se insiste en que “vamos bien”.

Faltan 4 meses y medio para que termine el año y en medio del coronavirus se siente un vacío con poca esperanza, pero con mucho por construir.

POR ARTURO SÁNCHEZ
DECANO ASOCIADO DE LA ESCUELA DE GOBIERNO Y TRANSFORMACIÓN PÚBLICA
TECNOLÓGICO DE MONTERREY
@ArturoSanchezG
lctl

Escucha aquí nuestro podcast sobre coronavirus