Las más de 50 mil personas fallecidas en México como consecuencia del bicho que tiene sometido al planeta es un hecho, tanto como ser el tercer país con más defunciones, y la única certeza, entre tanta incertidumbre por la pandemia, es que habrá más muertos. Sobre esta tragedia se librará la disputa por el poder en 2021, pero también sobre una lacra hedionda: la alta corrupción.
Como puede verse y oírse a diario, la narrativa de toda la oposición a Andrés Manuel López Obrador se sustenta en su fracaso en la seguridad y la economía, agudizadas por la pandemia que ha causado un desastre que nadie esperaba, al iniciar este aciago 2020.
La oposición olfateó la sangre desde que inició la mortandad de personas en Europa y anticipó que eso pasaría en México si no se hacían pruebas masivas y se paralizaban todas las actividades con medidas coercitivas.
López Obrador trató de retrasar lo más posible el cierre de las actividades, incluidas las escolares, ante la expectativa de una pandemia larga y con una débil infraestructura de salud que, de ser rebasada, habría implicado una catástrofe mayor.
Mientras equipaba hospitales y capacitaba a personal para atender a los enfermos, con insumos escasos, la pandemia creció y los muertos también, mientras el PIB caía en el segundo trimestre 18.9%.
También en 2009 la economía de México enfrentó la pandemia del H1N1, con Felipe Calderón, y el PIB cayó -10.25% en el segundo trimestre de ese año, la mitad de este 2020, cuando se estima que el decrecimiento anual sea de 10%, mientras que en aquel año fue de -6.5%.
Sí, la oposición capitalizará esta tragedia tanto como lo hizo López Obrador, quien criticó el manejo de Calderón del H1N1: “Tenían que haber hecho primero un plan, una estrategia. Los especialistas recomiendan primero cercar los casos, hacer la investigación, a partir de casos específicos, para saber el tamaño del problema y controlarlo… es el virus de la idiotez… da pena nuestro país”.
[nota_relacionada id=1186300]En los mismos términos se refiere ahora Calderón, y la oposición, a López Obrador, aunque el blanco es el subsecretario López-Gatell. Pero hay una variable que golpea a los opositores: La corrupción. Y aquí la narrativa de Morena es obvia: No sólo capitalizar el apoyo a los más pobres, y el combate a la corrupción de la que son emblemas Emilio Lozoya y Genaro García Luna.
Hay un caso que hermana a Calderón y a Peña en la alta corrupción: La planta y el contrato de Etileno XXI, con Odebrecht en medio, cuyo “esquema criminal ejecutado por una sofisticada red de corrupción” fue denunciado en 2018 por Alfredo Figueroa y Paulo Diez. Si la FGR tiene voluntad, esta investigación hará palidecer al fraude de Agronitrogenados que va a salpicar a tantos…
POR ÁLVARO DELGADO
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