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Un vestido prestado en una Boda Real

Teniendo todo en su contra y a un padre en el escarnio público, una princesa entendió las reglas del juego y cómo dar un mensaje poderoso al mundo

OPINIÓN

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Ante todos los eventos de los últimos tiempos que han puesto en jaque la imagen de la familia real y que han alimentado los argumentos de aquellos que opinan que la monarquía no debería existir más, como la salida de Harry y Meghan, la publicación de un libro que cuenta acerca todo de ella, peleas públicas y el terrible escándalo en el que se vio envuelto el príncipe Andrew junto a Jeffrey Epstein y sus relaciones inapropiadas con adolescentes que hicieron inminente que fuera alejado de labores públicas y que algunos dicen lo llevara a juicio y tal vez a la cárcel, hubo alguien que hace un par de semanas dio cátedra de sensatez y un mensaje sumamente potente: su hija Beatrice, al casarse en una sencilla y privada ceremonia.

Su fecha original era en mayo en una ceremonia apoteósica como estamos acostumbrados en la familia real, pero decidió sorprender al mundo publicando un mensaje y fotos de una ceremonia a la que asistieron sólo 20 personas entre las que se contaban sus padres, sus hermanos y por supuesto sus abuelos, la reina y el duque de Edimburgo, y usó un vestido vintage de los 60 que pidió prestado días antes a la monarca, que diseñó Norman Hartnell (británico, por supuesto, porque aquí no hubo falla en ninguno de los mensajes), hecho de tafeta Peau De Soie que modificó añadiéndole unas mangas cortas de organza para adaptarse a las reglas de la Capilla Real de Todos los Santos en Windsor, donde los hombros al descubierto se consideran inapropiados, pero por supuesto no usó una estola de pieles como solía accesorizarlo la reina, eso hoy en día sería impensable. Además uso la tiara de diamantes Reina Mary, la misma que usó la reina el día de su boda. Su peinado fue un elegante pero casual medio recogido y su maquillaje natural.

Y en cuanto a moda, también se unió a los tiempos que vivimos y al espíritu de querer prendas para toda la vida, el vestido era divino y lo que hizo está en total tendencia. La industria de la moda vintage, neo-vintage o de segunda mano de artículos de lujo es una de las pocas que está creciendo enormemente, cuatro veces más rápido que el mercado de lujo regular (12 contra 3 por ciento) y representa hoy un mercado de 24 billones de dólares al año, siendo muchos de los principales compradores gente exactamente como ella, generaciones de jóvenes con cierto poder económico a las que ya no les atrae el úsese y tírese del fast fashion y mucha consciencia del mundo en que vivimos.

Beatrice lo entendió todo, los poderosos que son los mensajes de los miembros de la realeza y los políticos en lo que visten y sus eventos, hizo un homenaje y mostró respeto a su abuela tan agraviada según la opinión pública por Meghan y Harry, y tan querida por muchísimos británicos (ganándose así por supuesto su aprobación). No hizo uso alguno de fondos del gobierno, todo fue costeado por ellos: recordemos que muchos de los detractores enojados de Harry y Meghan clamaban que devolvieran los 32 millones de libras que había costado su boda a su salida de la familia real. Y bueno, y por supuesto se apegó a la sana distancia y a todo lo que en tiempos de Covid se espera. Definitivamente a veces menos es mucho más.

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POR ARIADNE GRANT

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@ARIADNEGRANT

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