Mientras la mayor parte de la opinión pública se deleitaba con las primeras revelaciones de Emilio Lozoya Austin respecto a políticos involucrados en la trama de corrupción de Pemex en los tiempos de la reforma energética, nuevas alarmas sonaban en el piso 44 de la torre ejecutiva de la empresa. Y nada tienen que ver con la información proporcionada por el exdirector, sino con las condiciones actuales de una de las compañías más grandes de América Latina.
Petróleos Mexicanos está a punto de dar a conocer los resultados del segundo trimestre del año, que serán tan o más catastróficos que los anunciados en abril pasado, cuando reportó una pérdida de más de 562 mil millones de pesos, una cantidad que superó al presupuesto que Hacienda le asignó para todo el año 2020. Ya adelantó que sus proyecciones indican una caída en las ventas de combustible 61 por ciento en los últimos tres meses.
Basta echar un vistazo al archivo periodístico para constatar que las últimas noticias relacionadas con Pemex son negativas. Desde la perspectiva internacional por la pandemia, hasta el crecimiento de casos de COVID-19 entre sus empleados, que la ubican como la compañía con más muertes en el mundo por esta enfermedad. La construcción de la refinería de Dos Bocas está generando más dolores de cabeza que los presupuestados; y las deudas se van a acumulando a tal grado que es la petrolera más comprometida del mundo en ese aspecto.
En medio de este panorama, Pemex acordó esta semana con el sindicato de trabajadores petroleros un aumento del 3.37 por ciento al salario y 1.80 por ciento a las prestaciones laborales, algo inconcebible para una empresa en esas condiciones. Por ello, se habla que Pemex tuvo que recurrir a préstamos para cubrir el pago de la quincena pasada y se encuentra en circunstancias apremiantes para fin de mes.
Ante el horizonte negativo, parece que a la dirección no le quedará otra más que echar mano de un recorte de personal, analizado desde los primeros días de junio, pero que ha sido postergado. Se ha considerado que hasta 10 mil trabajadores pierdan su empleo en las próximas semanas.
La errática conducción del agrónomo Octavio Romero y su rivalidad con la secretaria Rocío Nahle, han colmado a varios de los integrantes del grupo de consejeros independientes, tanto así que uno de los recientemente nombrados ha presentado su renuncia al cargo. Se trata de Francisco Garaicochea Petrirena, propuesto al Senado hace un año por el presidente López Obrador, luego de otra renuncia, la de los consejeros Francisco Pastrana y Carlos Elizondo. Cuestión de días para que anuncie oficialmente su salida. Cada acción tomada por la actual dirección parece llevar a Pemex en ruta de la inevitable quiebra. Pero ésta es la compañía en la que Andrés Manuel López Obrador ha fincado muchos de los planes de la 4T y la soberanía del país. Quedará en él salvarla, sacrificando a alguno de los incondicionales, o verla desaparecer. Un escándalo mayor del que trae Lozoya.
[nota_relacionada id=1161127]POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
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irv / eadp