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Voto desde el extranjero y derecho a la ciudadanía

La exigencia de las y los mexicanos de votar desde el extranjero ha generado que más entidades la consideren en sus legislaciones

OPINIÓN

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En el último mes han ingresado más de dos mil millones de dólares al país por concepto de remesas de las y los migrantes, convirtiéndose en el segundo ingreso más importante que recibimos del extranjero.

Sin duda, esto se relaciona con la posibilidad de ejercer sus derechos políticos en un país al que siguen perteneciendo; la continua demanda de mexicanos y mexicanas residentes en el extranjero de participar en las decisiones públicas del país es, más que una añoranza por su lugar de origen, una acción política en la que se hace efectivo su derecho a la ciudadanía.

La exigencia de las y los mexicanos de votar desde el extranjero ha generado que más entidades la consideren en sus legislaciones, ya que en 11 de ellas se podrá implementar para la próxima contienda electoral.

En las elecciones de 2021 se ejercerá el voto por la vía postal y, de aprobarlo el Consejo General, se implementará el voto electrónico para las gubernaturas y diputaciones migrantes de las entidades donde así lo prevean.

Si se aprueba el voto por internet, deberá emplearse un sistema auditable en cada etapa, que permita que el voto se corrobore por la persona votante y que no se duplique, además de brindar un programa de resultados en tiempo real para verificar el voto.

La posibilidad de que las y los ciudadanos voten desde el extranjero no es un despropósito, sino una manera de asumir que pueden participar en la toma de decisiones, de reconocerse como parte del desarrollo político de México y de seguir estableciendo lazos con sus connacionales para fortalecer vínculos identitarios con sus allegados.

Se ha dicho que el gasto para implementar el voto de residentes en el extranjero resulta excesivo, que su participación no genera cambios sustanciales en los resultados de las elecciones y que sería mejor disminuir el presupuesto que se destina para ello.

Ante estas misivas, es necesario recordar que cada uno de nuestros paisanos justifica ese gasto con sus altas remesas, que contribuyen al desarrollo de la economía del país, con su necesidad de sentir arraigo a un territorio que han dejado, la mayoría de las veces, por necesidad, pero sobre todo con su exigencia, como toda y todo mexicano, de que se cumpla su derecho constitucional a votar libremente. [nota_relacionada id=1138967]

En última instancia, ante las dudas de la inversión que representa posibilitar el voto de mexicanas y mexicanos residentes en el extranjero debemos cuestionarnos ¿cuánto vale el ejercicio de un derecho humano? y ¿cuánto estamos dispuestos a invertir para hacerlo posible?

Por lo anterior, el Instituto busca brindar los instrumentos necesarios para que las y los migrantes puedan ejercer su derecho a votar de forma fácil, ágil y segura, pues sólo así se garantiza una democracia en la que contemos todas y todos.

POR DANIA RAVEL
CONSEJERA ELECTORAL
@DANIARAVEL

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