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Ninguna anexión por ahora

OPINIÓN

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JERUSALÉN. Llegó el 1 de julio, la fecha que meses atrás había sido anunciada por Israel como inicio del proceso de declaración de soberanía en Judea y Samaria (Cisjordania) y por ahora parece claro que todo queda postergado. El primer ministro Netanyahu no se desdice de su intención, aunque aclara que el tema es "complicado" y que hay "varias consideraciones políticas y de seguridad" a tener en cuenta, pero lo clave es que aún no tiene luz verde de la administración Trump. Ese parece ser el obstáculo central.

Pero más allá de la demora, del hecho que no se  confirmó oficial y formalmente en ningún momento que Israel vaya a concretar su plan de declarar soberanía en parte de los territorios en cuestión, hay varios puntos que ameritan ser aclarados. Y sentimos que debemos hacerlo, aunque personalmente discrepamos con la intención de declarar la soberanía israelí en Judea y Samaria.

-En el mundo se habla de "anexión de territorios palestinos", lo cual da la impresión que Israel piensa apropiarse de tierras que eran antes parte de un Estado palestino. Pues no. Jamás existió un Estado palestino independiente. Nunca. No es cuestión de interpretación, sino un hecho histórico. 

-Claro que en Cisjordania (que Israel llama Judea y Samaria, los términos bíblicos para referirse a la zona al oeste del río Jordán) viven más de 2 millones y medio de palestinos, que quieren tener su Estado independiente. Pero el plan no habla de anexar a la población palestina a Israel, sino de declarar la soberanía israelí en los casi 140 asentamientos israelíes, cuyo territorio asciende a cerca de 6% de Cisjordania

-El plan israelí, dependiendo del alcance que se le dé (hay distintas opciones), puede afectar directamente sólo a una pequeña parte de la población palestina residente en la parte de Cisjordania que está hoy bajo control de Israel (los así llamados territorios C). El resto, cerca de 90% de los palestinos, seguirían viviendo, como hasta ahora, bajo el control de la Autoridad Palestina formada en enero de 1996.

-Esto no quita, por cierto, que el mapa en el terreno sea complicado. A decir verdad, lo es tanto para israelíes como para palestinos. El plan de Trump, presentado en enero último en la Casa Blanca, incluye mapas en los que no se arranca a nadie de sus hogares. Cada uno queda en su lugar, y la división entre Israel y un futuro Estado palestino (en 30% del territorio) crea una situación por la cual unos 15 asentamientos israelíes se convierten en enclaves rodeados de territorio controlado por la Autoridad Palestina. 

-El gobierno israelí quiere tomar la parte del plan de Donald Trump que reconoce su soberanía en todos los asentamientos, prefiriendo dejar fuera la otra: la creación en unos años, y si se cumplen ciertas condiciones, de un Estado palestino independiente. Es problemático por cierto. 

-Del otro lado, es problemático que los palestinos hayan rechazado el plan en su momento, ya antes de verlo, por considerarlo un dictamen. Esta semana, con varios meses de retraso, enviaron una carta al Cuarteto internacional diciéndose dispuestos a volver a negociar con Israel

-La gran pregunta es si se asustaron por lo que creyeron era la inminencia de la "anexión" israelí y entendieron que no pueden seguir perdiendo tiempo diciendo siempre que no a todas las propuestas. El tiempo dirá.  [nota_relacionada id= 1092107]

POR JANA BERIS
*PERIODISTA
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