El Covid-19 ha sido un acelerador de un cambio inevitable: aunque la industria del fitness interactivo ya tenía muchas celebridades y una expectativa de crecimiento de 5.44 billones de dólares entre el 2020 y el 2024, esto lo ha hecho disparase. Las descargas de aplicaciones para hacer ejercicio y meditar también han aumentado un 500% en promedio. Al principio, a muchos nos costó trabajo acostumbrarnos a que el nuevo lugar de entrenamiento fuera nuestra casa. Yo pasé una semana sin hacer ejercicio cuando los estudios cerraron. No me sentía motivada a hacerlo desde mi sala o cuarto. Sin embargo, me di cuenta de que nunca se había creado tanto contenido digital para ayudarnos a estar mejor; el día no alcanza para las innumerables opciones que se pueden tomar a la hora que sea y sin tiempos de desplazamiento. Acondicioné un espacio y desde entonces todo ha sido encontrar ventajas. He podido hacer yoga con mi instructora favorita de Madrid, meditar con maestros de Nueva York y tomar diferentes talleres, eligiendo la intensidad, duración y tipo de ejercicio según me lo dicte mi humor. Muchos hemos visto que será una gran opción aún cuando pase la crisis sanitaria.
Estudios y entrenadores, en un esfuerzo por no perder ingresos del todo y seguir conectados con sus clientes, tuvieron que ponerse creativos y dar sus servicios a veces gratis, con período de prueba gratuito o por donaciones voluntarias principalmente por Zoom o Instagram Live. Los que han tenido visión a largo plazo entendieron que es el momento ideal para compartir su expertisse y crear algo valiosísimo: comunidad, además de construir sus propios personajes. Si aún no las tenían, han desarrollado sus propias Apps y páginas con el objetivo de monetizarlas y enganchar a un público durante este periodo. Muchos no se han limitado a dar rutinas, sino que han englobado un estilo de vida saludable que incluye expertos invitados, platicas y retos digitales, incrementando además sus followers. La competencia ya no se limita al gimnasio de la zona, la competencia es a nivel mundial pero también la posibilidad de captar público.
No es que los gimnasios vayan a desaparecer, muchos extrañan ejercitarse en grupo, los aparatos y la supervisión y guía de un profesional que evite lesiones. Pero la triste realidad es que muchos no van a sobrevivir esta crisis y que quienes ya invirtieron en equipo deportivo (las compras online de pesas y caminadoras tuvieron un crecimiento de 55% solo en la primera quincena de marzo) ya estén pagando una membresía de algún estudio online o hayan encontrado algo que funcione mejor con su rutina diaria, tal vez no vuelvan.
Es el momento de los influencers del wellbeing y de ser sensibles hacía el momento actual. Hoy no basta con compartir looks de eventos pasados o mostrar un estilo de vida inflado: hay que aportar y conectar. Los En Vivo no dan espacio a edición: muestran figuras más cercanas. Lo más probable es que después de la pandemia la tendencia continúe siendo que tanto el público como las marcas, que ya han empezado a enfocar mayor porcentaje de sus recursos a patrocinar contenidos de wellness, prefieran figuras que den contenidos más interactivos y de valor agregado.
[nota_relacionada id= 1014029]POR ARIADNE GRANT
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