Cada vez son más los reportajes que ponen en duda los datos oficiales del gobierno ante la pandemia de COVID-19; el número de decesos, de contagiados y de probables portadores del virus que proporciona diariamente la autoridad federal, han sido puestos en duda por medios nacionales y académicos de diversas disciplinas.
Aunque se ha mencionado que algunos de ellos no gozan de la mejor fama pública y buscan polemizar con el gobierno por motivos políticos, es un error el descartar de facto la totalidad de las voces discordantes; sobre todo, aquellas que gozan de un amplio prestigio profesional y académico, además de que algunos, han probado su afinidad a la ideología de izquierda.
Incluso medios internacionales como: El País, The Wall Street Journal y The New York Times se han sumado recientemente a quienes aseguran la existencia de un subregistro o, en el peor de los casos, un ocultamiento de los datos reales.
Y aunque nada puede descartarse, parece difícil un complot internacional contra el gobierno mexicano; en cuyo caso, habría que probar los motivos y la personalidad de los instigadores.
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La estrategia de comunicación de la 4T se basa únicamente en los datos originados desde el gobierno. No cuentan con el apoyo, ni con el aval, de ninguna institución de carácter privado o independiente. El responsable de generar y de comunicar la información es el subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell.
Sería prioritario avanzar en el diseño de una estrategia, para dar certeza a la ciudadanía de que los datos vertidos en sus conferencias
son irrefutables.
Mientras, cada vez habrá más desconfianza entre la gente, que siempre ha visto en el gobierno un deseo por acomodar la realidad a sus propios intereses.
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Ninguna excusa es válida, cuando lo que está en duda es la cantidad de fallecidos en el país a causa del coronavirus. No deberían existir discrepancias, las Matemáticas son una ciencia exacta y sólo existe un número posible, el real.
Se debe de trabajar en un modelo de información que garantice una verdad incuestionable, no parece una mala idea incluir a instituciones o personas con alta integridad académica y moral, en el grupo de trabajo que genera la información diaria, para ellos sería indispensable cumplir con el requisito de ser autónomos a cualquier interés o personaje ligado a la 4T.
Las dudas están sembradas, ¿el gobierno carece de capacidad para llevar el conteo de las víctimas mortales o, si la tiene, prefiere ocultar la información verdadera? Ahí están los reportajes, que, en caso de ser ciertos, afectarían aún más, la ya de por sí maltrecha confianza ciudadana.
Cada vez son más cercanas las historias de personas contagiadas o fallecidas a causa de coronavirus en nuestro entorno, en relación con los reducidos números reportados en proporción al número de habitantes, la muerte no debería de rondar tan cerca. ¿Será verdad que algo no cuadra?
POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR
COLABORADOR
@HSERRANOAZMAR
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