De cara a la pandemia, a México le urge un Jefe de Estado

López Obrador se niega a ver el adverso panorama económico de México y prefiere no actuar. Prueba de ello es el mensaje que ofreció el domingo 5 de abril en el que se anunció un “plan para reactivar la economía” el cual fue un engaño en todos los sentidos; solo vimos a un candidato en campaña permanente que terminó decepcionando hasta a los que no esperaban nada de él.

La crisis económica derivada de la pandemia otorga al Estado un papel central para combatir el virus y los riesgos que afectarán la economía; salir de la crisis dependerá en gran medida de la fortaleza de cada nación, por lo que el desastroso resultado económico de 2019, un crecimiento del -0.1%, es un pésimo precedente para nuestro país.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las cuarentenas en América Latina tendrán un costo muy alto pues se verá afectado hasta el 67% del PIB de los países y el 64% del empleo formal estará en riesgo, pero el impacto mayor lo resentirán quienes trabajan por cuenta propia y quienes laboran en la informalidad, que en México alcanza el 56.3% de la población ocupada.

A nivel mundial, los gobiernos están impulsando créditos, otorgando subsidios de desempleo y aplazando el pago de impuestos y de deudas. Por ejemplo, Alemania invertirá 126 mil millones de euros para revitalizar su economía: 50 mil millones serán para subsidiar el desempleo y 50 mil millones para apoyar a las empresas con dificultades. En nuestro continente, Chile aprobó una ley para proteger el empleo cubierto por un Fondo de Cesantía financiado por el gobierno, mientras Colombia trabaja en una legislación para congelar los precios de arrendamiento, prohibir los desalojos y suspender intereses de mora en créditos.

En ese sentido, en México urge declarar una emergencia económica que incluya un plan dirigido a contener los efectos de la Jornada Nacional de Sana Distancia sobre las empresas y se protejan los millones de empleos que éstas generan. Preocupa que según datos de la CEPAL, todos los países latinoamericanos han tomado serias medidas para paliar los efectos de la crisis en sus economías nacionales, excepto Haití, México y Venezuela.

El gobierno federal sigue resistiéndose a la realidad y no ha propuesto un verdadero plan de estímulos para las micro, pequeñas y medianas empresas que generan el 80% del empleo formal en este país, es decir, ocho de cada diez empleos. Su lógica es que no dejará de recaudar impuestos porque de lo contrario el Estado no contará con recursos para financiar sus programas sociales, la pregunta obvia es ¿qué hará el gobierno cuando las empresas empiecen a quebrar? ¿cómo va a capitalizarse?

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La afirmación de que la crisis generada por la pandemia global le cayó “como anillo al dedo” al gobierno, es lo más reprobable que ha salido de la boca de un Jefe de Estado en el mundo entero. No cabe duda que la silla presidencial le quedó muy grande a al presidente; los próximos meses serán oscuros para la economía mexicana pues estamos en el peor momento en las peores manos.

POR MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO
SECRETARIA DE ASUNTOS INTERNACIONALES DEL COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL DEL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL

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