Oscar Wilde decía: “Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad” y los millennials han insistido en crear entornos laborales mucho más tecnológicos y amigables con el medio ambiente.
¿Demostraremos que es viable trabajar desde casa? Esta generación no sería la única beneficiaria. Hace más de cinco años, Carlos Slim proponía reducir la jornada laboral a 33 horas semanales repartidas en tres días en la oficina.
¿Podríamos laborar semi-presencialmente siempre? ¿El trabajo a distancia será un incentivo para la productividad, la innovación y el equilibrio de la vida familiar y profesional?
Reiteradamente hemos escuchado que nada será igual después de la contingencia sanitaria. Reuniones por videoconferencia, documentos colaborativos en la nube, trámites y pagos desde sitios de internet, clases a distancia, ventas electrónicas, entregas a domicilio, desarrollo de cientos de aplicaciones.
Son muchos los sectores económicos que gracias a la implementación de tecnología y la popularización de las redes sociales han podido seguir trabajando remotamente.
El primer efecto que ha traído esta nueva modalidad de trabajo ha sido una disminución importante en el tráfico y la contaminación, pero además, podría implicar una mejora significativa en la calidad de vida de miles de personas al evitar largos traslados, estrés laboral, solicitudes de vacaciones urgentes e incluso, subir la edad de jubilación o integrar equipos de trabajo de distintas regiones.
El 64 por ciento de los millennials priorizan horarios flexibles, las posibilidades de viajar y tener tiempo para ejercitarse al momento de elegir un empleo.
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¿Qué tendremos que hacer para que el llamado teletrabajo se consolide y sea un esquema viable para muchas empresas?
Alexei Tolstoi señalaba que “todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo” y trabajar en casa no deja de implicar muchas responsabilidades.
¿Cómo ser más eficientes? El home-office requiere contar con un espacio determinado para concentrarnos, establecer un horario, estar libres de ruidos o distracciones, formarse una rutina, mantener una luz adecuada y un largo etcétera.
Paulo Coelho dice que “las personas cambian cuando se dan cuenta del potencial que tienen para cambiar las cosas”. Así que no sólo necesitamos la tecnología adecuada para conectarnos, sino que debemos conocer cómo utilizarla y adaptarnos a los cambios constantes. No es tarea sencilla, pero tampoco imposible.
“Hay instantes en los que hemos podido aprender mucho más que en años enteros” como decía Dostoyevski, y la pandemia por el coronavirus, también conocido como COVID-19, nos dejará grandes lecciones a nivel global y local.
¿Cómo podremos reinventarnos? ¿Qué áreas podrán mejorar? Una vez más, la respuesta no está en los gobiernos sino en cada uno de los ciudadanos y las empresas. [nota_relacionada id=948236]
Por Laura Coronado Contreras
Investigadora de la Universidad Anáhuac, México. Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt. Autora de la “Libertad de Expresión en el Ciberespacio”, por Tirant, y “La Regulación Global del Ciberespacio”, por Porrúa.
Twitter: @soylaucoronado.