Selección Mexicana: La falsa ilusión de pasar a los cuartos de final en el Mundial

Faltas dos años para el Mundial de Qatar y como siempre, nos ilusionamos con la Selección Mexicana, pero no existen argumentos para pensar en que esta vez nos irá mejor

Faltan dos años para el Mundial de Qatar 2022 y es justo el momento, antes de las eliminatorias mundialistas, cuando los mexicanos empezamos a renovar nuestra fe en la Selección Mexicana. Nos podemos engañar todo lo que queramos, pero las justificaciones son las de siempre “esta generación está muy completa”, “sí pueden pelearle al que sea”. La realidad es que no, no es una generación con algo diferente a las demás.

Hoy hablamos, una vez más, de una generación “muy talentosa”, escuchamos nombres como los de Edson Álvarez, Diego Lainez, Alan Mozo, Sebastián Córdova, José Juan Macías, Alexis Vega o Sebastián Jurado. Todos destacados en la Liga MX, pero nada más. Son buenos prospectos, algunos ya titulares afianzados, pero sin ser constantes, al menos en un torneo corto completo. Edson Álvarez sería la excepción, se ha hecho de un lugar en el Ajax, como central o contención y su carrera parece ir en ascenso.

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Esto que acabo de decir pasa cada cuatro años. Empezamos a hablar de los jóvenes que vienen haciendo bien las cosas e ilusionándonos porque nos fue bien en algún Mundial con límite de edad. Si lo reflexionan, siempre es lo mismo: con los que ganaron el Mundial sub 17 en 2005, con los que lo hicieron en 2011, los campeones olímpicos, todos terminaron igual, con una derrota en octavos de final en la Copa del Mundo. Algunos habrán tenido carreras más destacadas que otros, pero ninguno fue el crack que México sigue esperando y/o necesitando.

Yo soy un fiel creyente de que el futbolista mexicano no tiene ADN ganador. Si lo tuviera ¿por qué un futbolista participa y gana un Mundial sub 17 y en 3 años está perdido jugando en un equipo en la división de Ascenso?

El futbolista mexicano es experto en dispararse en el pie. Cuando tiene la oportunidad de hacer historia y ve la gloria cerca, encuentra la manera de auto limitarse. El mejor ejemplo es lo que pasó en Brasil 2014: la Selección Mexicana ganándole el partido a Holanda, todo controlado y entonces Miguel Herrera empieza a hacer cambios, sin sentido, por cierto ¿qué pasó? Holanda se nos fue encima, empató y luego vino el chistecito de Arjen Robben, el famoso “No era Penal”.

Ese día, Robben liquidó a una generación, que si bien sufrió mucho para clasificarse al Mundial, jugaba bien al futbol. El cambio se notó al año siguiente en la Copa Oro. Eran casi los mismos jugadores y ya no jugaban a lo mismo, esa derrota los destrozó.

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Luego, “El Piojo” se encargó de confirmar que no podemos tener cosas bonitas porque las echamos a perder. Herrera había soñado con ser técnico de la Selección Mexicana, lo consigue y lo tira a la basura por pelearse con un comentarista de televisión. Siempre hay forma de destruir lo que desarrollamos.

Cuando hablo de esto, pienso que no hay manera que un mexicano se siga ilusionando con esta selección. Pero eso también sería mentir, la gente lo hace cada que llega el Mundial, vivimos de algunos buenos momentos que ha tenido “El Tri”. La pasión desmedida por el futbol y las ganas de que México brille en algo que amamos nos ciegan y no nos dejan darnos cuenta de nuestro lugar real.

Empates contra Bélgica y Holanda en Francia 98’, un par de triunfos contra Brasil en 1999 y en 2005, etc. Esos resultados nos vuelven locos y nos hacen pensar que ya somos Alemania, la Argentina de Maradona, el Brasil de Ronaldo o que tenemos una generación dorada como la de España en 2010. Dejemos de engañarnos, nuestro lugar es justo en el que siempre quedamos, entre los primeros 16 y no más arriba, no estamos en el top 10.

No quiero desanimar, pero cuanto más rápido caigamos en cuenta de quiénes somos en el futbol mundial, menos van a doler las ya clásicas derrotas en Octavos de Final en la Copa del Mundo.

Obviamente, nunca es agradable perder, pero creo que el mexicano lo siente con mayor intensidad porque cree que está para más, cuando no hay un sólo argumento para pensar así. Es maravilloso vivir el futbol con pasión, pero se corre el riesgo de perder la perspectiva. Nadie quiere escuchar estas realidades, pero hay que recordarlas de vez en cuando. Espero que en dos años, esto sólo quede como un anecdotario de cuánto sufríamos por la Selección Mexicana, pero dudo que pase.

Cuida tu salud y la de todos ¡Quédate en casa! [nota_relacionada id=951923]

POR GERU

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